Desde que comenzó la crisis del coronavirus, las residencias, en especial las de mayores, han estado en el ojo del huracán. Son el eslabón más frágil y buena parte de las cifras de fallecidos, en particular en comunidades como Castilla-La Mancha, pueden depender de cómo se haya afrontado en ellas la pandemia. Ante este escenario, el Gobierno ha indicado que dará cuenta del número de ancianos con coronavirus que han muerto en estos centros cuando reciba la información completa por parte de las comunidades autónomas y una vez la hayan examinado los expertos, pero no antes porque es un "tema muy serio".

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha querido dejar claro en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros que ha aprobado la prórroga del estado de alarma hasta el 26 de abril que el Ejecutivo se "toma muy en serio" este asunto porque desde el principio ha tenido "mucha sensibilidad" con el colectivo más vulnerable: el de los mayores.

Así, preguntado por algunas informaciones que elevan a más de 8.000 los ancianos fallecidos en estos centros, Illa ha respondido que hasta que no tengan "la información completa" por parte de todas las comunidades, "y la hayan analizado los expertos", el Ejecutivo no va a ofrecer un cómputo global.Una vez dispongan de ella, informará "con máxima transparencia".

"España es uno de los países con una definición de caso más estricta del mundo", ha enfatizado el ministro, quien una vez más ha insistido en que nuestro país "cualquier persona que ha sido diagnosticada positivamente de coronavirus y fallece, es computada como fallecida por coronavirus, fallezca en su casa, en el hospital, en una residencia de mayores o donde sea".