Un espectacular castillo de Toledo pasa a ser público tras mil años en manos privadas: pronto será un hotel

El alcalde de Escalona (Toledo), Álvaro Gutiérrez, ha confirmado durante una entrevista concedida a Europa Press que el Ayuntamiento de la localidad ha comprado a "un precio muy razonable" el castillo de la localidad, que lleva mil años siendo propiedad de señores, duques, infantes o nobles. En los últimos 50 años, además, ha estado en manos de unos particulares que lo han mantenido cerrado "a cal y canto", por lo que generaciones enteras de escaloneros no conocen el interior de una fortaleza que ya forma parte del patrimonio municipal.

Con esta adquisición, Gutiérrez cumple con uno de sus compromisos electorales. Regidor de Escalona desde el año 2007, el también secretario provincial del PSOE de Toledo y delegado de la Junta de Comunidades en la provincia toledana ha calificado la operación como "un sueño hecho realidad", ya que el castillo es "uno de los emblemas históricos y sentimentales" de Escalona y de todos sus vecinos, pese a lo que "nunca había sido propiedad del pueblo".

Ahora, los planes para el castillo gótico de Escalona, que cuenta con un palacio interior mudéjar, pasan por convertirlo en un complejo turístico que contará con un hotel "con encanto" y un centro de eventos, o bien incorporarlo a la Red de Hospederías de Castilla-La Mancha. Ambas opciones, según Gutiérrez, son "absolutamente "viables" y van a convertir al histórico inmueble en "un motor económico de turismo y de empleo" para el pueblo.

Exterior del castillo. EP

"Escalona ofrece unas posibilidades tremendas", ha asegurado Álvaro Gutiérrez a Europa Press, recordado que se trata de un pueblo medieval con calles estrechas, una muralla y una plaza porticada "maravillosa". Sin embargo, ha lamentado que los recursos turísticos más importantes con los que cuenta, al margen del río Alberche y sus playas, han estado históricamente en manos privadas y cerrados al público. Así ha pasado hasta ahora con el castillo y con el convento de las Concepcionistas Franciscanas del siglo XVI, aunque ya se está trabajando con el Azrzobispado de Toledo para poder darle también un uso público.

Volviendo al castillo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y ubicado estratégicamente sobre una meseta que bordea el río Alberche, el alcalde de Escalona ha detallado que "la idea es abrirlo a la gente, al pueblo y a los visitantes, y hacerlo compatible con esa actividad empresarial y turística". 

Inicialmente, ha explicado Gutiérrez, hay que hacer unas pequeñas intervenciones que permitan que en solo unos meses las personas puedan entrar sin riesgo de accidente y conozcan el estado actual del castillo, antes de iniciar unas obras de cara a convertirlo en complejo turístico que el regidor espera no se demoren demasiado.

"Soy muy optimista y, además, estoy absolutamente ilusionado", ha enfatizado el alcalde, que ha señalado que los pueblos de la zona "están encantados" con el proyecto porque va a ser "un foco de atracción importante" y va a generar decenas de puestos de trabajo.

Fortaleza romana

El castillo de Escalona, según consta en la web de Turismo de Castilla-La Mancha, se trata de un castillo gótico con palacio interior mudéjar, famoso en la época por su suntuosidad, y construido por el condestable Álvaro de Luna.

Fue inicialmente una fortaleza romana que fue ocupada en época musulmana y, posteriormente, tomada por Alfonso VI de Castilla. Se compone de la fortaleza propiamente dicha y de un extenso palacio mudéjar. Está ubicado estratégicamente sobre una meseta que bordea el río Alberche entre Ávila y Toledo.

Su zona interior está dividida en dos partes claramente diferenciadas, la plaza de Armas, que está rodeada por la fortaleza, y el palacio de forma cuadrada que está más al sur. Las dos partes están separadas por el patio del Honor.

La robusta torre del homenaje del palacio es la estructura que más destaca de todo el conjunto. Su planta es cuadrada, tiene 22 metros de altura, y está cerrada por un rastrillo y buharda. Estaba formada por diversos pisos y un sistema de accesos muy complicado que hacían muy difícil la entrada al recinto.