Representar a España en un Mundial. Este es el reto que tendrá que afrontar Javier Megía en el mes de diciembre. Es un sueño que cualquier aficionado al deporte ha tenido alguna vez y que este castellano-manchego podrá cumplir en el Mundial de Triatlón de Hawaii.
Megía es natural de Calzada de Calatrava, un pueblo de la provincia de Ciudad Real. Estudió Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y, actualmente, compagina su trabajo en una clínica de fisioterapia con el deporte de alto nivel. A sus 28 años, su esfuerzo y valía se han reflejado en todas las competiciones en las que ha participado. Ahora, está en su mejor momento, tras ganar, en el mes de agosto, la prueba del Circuito XTerra del Europeo de Portugal. Con esta victoria logró el preciado billete para representar a España en el Mundial de Triatlón Cross.
“Empecé a conocer este mundo a raíz de un Máster en Deporte de Resistencia que cursé. En 2016, comencé corriendo el Circuito Provincial de Trijote Series, y me di cuenta que se me podía dar bien”, afirma el calzadeño.
Hasta llegar al Mundial, ha pasado por muchas pruebas, como el Europeo de Rumanía, donde hizo dos terceros puestos, o las carreras del campeonato de España. “El triatlón, para mí, es un estilo de vida. Disfruto sufriendo y las cosas que estamos trabajando están saliendo. Está siendo una temporada en la que no paro de soñar cada día”, destaca el integrante del Club Triatlón Criptana.
Vida profesional
El triatleta afirma que le encantaría tener más tiempo para entrenar, pero su trabajo y la gestión de su empresa de readaptación y rendimiento lo hace complicado. “Supone dejar de lado mucho tiempo a la familia y a los amigos. Quiero darles las gracias y, en especial, a mi pareja, Celia, que es la vive conmigo el día a día, bajo una gran presión”, recalca.
Expresa que su preparación para la cita internacional consiste en entrenar todos los días, en un par de sesiones. Además, los sábados y domingos intenta planificar otras tres. “Entreno en solitario porque llevo mi propia preparación, lo que hace difícil entrenar con más gente”, explica Megía, a la vez que reconoce el tiempo que lleva preparar esta competición.
“Lo más importante es evitar lesiones y tener controlado el descanso y la alimentación. Los entrenamientos deben estar muy bien planificados”, manifiesta el triatleta, que reconoce lo difícil que es preparar los viajes, una situación que se ha agravado “debido a la pandemia”.
El Mundial, un reto complicado
Javier cree que participar en el Mundial será una gran experiencia. “Vamos a intentar que todo salga bien y pelear por estar en la cabeza de carrera. Está siendo la temporada con más volumen de entreno, por lo que estoy consiguiendo muy buenos ritmos. Mi objetivo es disfrutar, pero también luchar por lograr la mejor posición posible”.
En este sentido, lamenta las dificultades que está experimentando para conseguir patrocinadores y apoyo para viajar a Hawaii. “No tenemos buenos medios. A pesar de ello, vamos a intentar ir al Mundial de una forma u otra. Damos el cien por cien, pero no paramos de buscar recursos para poder llegar en las mejores condiciones. Es duro y hago un llamamiento a todos aquellos que quieran colaborar”, manifiesta el representante español.
Asimismo, explica que es un mundo “muy complicado” porque no hay ayudas. “A nivel Federación y Diputación intentan ayudarte, pero, al ser un deporte poco conocido, no se comprometen. Si no te lo construyes tú, estar arriba es imposible. Requiere mucho esfuerzo”.
Al respecto, lamenta que para que un triatleta pueda continuar necesita que la situación económica familiar lo pueda permitir. Además, ha destacado que en España solo reciben ayudas tres o cuatro triatletas, con resultados muy altos y con un palmarés que los avala.
“En este deporte tienes que buscarte la vida. Yo voy a tener dos ayudas, de Montes Norte y de Obejo Abogados, que se están volcando conmigo”. El fin de Semana del Puente de los Santos tenemos otra prueba mundial, pero se celebra en Cáceres y es más asequible. A Hawaii voy a ir, pero la dificultad es tremenda. Entre el trabajo, los entrenamientos y la búsqueda de patrocinadores, no me queda tiempo en el día. Me tienen que ayudar mis familiares y amigos”, lamenta.
Con los pies en la tierra
Para terminar, Megía explica que, pase lo que pase en Hawaii, seguirá compitiendo en pruebas de este nivel, “pero lo más importante es volver a poner los pies en la tierra y disfrutar, también, de la familia y el trabajo”.
En este punto, se siente muy ilusionado con un nuevo proyecto, su propio club de Triatlón en Ciudad Real. “Estoy muy contento de crearlo. Invito a todo el mundo a que venga a competir y a vivir experiencias con nosotros”.
Esfuerzo y dedicación, sin olvidar las cosas importantes que le ha dado la vida. Es el camino que ha seguido Megía para lograr sus objetivos. No sabemos donde está su techo. Por el momento, Castilla-La Mancha ya ha forjado un triatleta que lucha cada día por sus sueños. El Mundial será su próximo gran reto y, sin duda, otra más de las muchas alegrías que a este deportista le quedan por dar a la región.