Tres finales le faltan al Incarlopsa Cuenca en la búsqueda de clasificarse por tercera vez para la competición europea y, para ello, necesita ganar los tres encuentros restantes y esperar que "pinchen" Benidorm o Logroño, ya que están a cuatro puntos de los alicantinos y a uno de los de La Rioja.
Y la primera final para los conquenses será este sábado ante el Bathco Torrelavega en el polideportivo El Sargal a las 17.00, a la misma hora a la que se enfrentarán, precisamente, La Rioja y Benidorm, aunque los de Lidio Jiménez solo les vale ganar, sin mirar nada más.
Pero no lo tendrán sencillo los del Ciudad Encantada, ya que se enfrentan a un equipo cántabro que llega después de ganar en casa a Logroño y Bidasoa Irun y empatar a domicilio ante el Viveros Herol Nava; ya están salvados y no se juegan apenas nada, pero querrán terminar lo más alto posible.
El entrenador del Incarlopsa Cuenca, Lidio Jiménez, espera que los suyos hayan aprendido del partido de la primera vuelta, donde salieron derrotados: “Tenemos que aprender del partido de allí y saber lo que tenemos que hacer para poderles ganar", ha dicho.
También ha comentado la dura derrota en los minutos finales en Granollers, la que les hizo no poder encadenar su quinta victoria seguida y dejar de depender de ellos mismos para clasificarse para Europa. "Nos dolió la derrota en Granollers por la manera en la que fue, ya que el equipo trabajó mucho para poder sumar y lo tuvimos en nuestra mano”, ha apuntado.
Respecto a la posibilidad de jugar en la competición continental, Jiménez ha considerado: “A falta de tres jornadas estamos con opciones de entrar en Europa, ahora hay que ser optimistas y pensar que podemos clasificarnos, eso tenemos que disfrutarlo".
Sin embargo, se ha mostrado preocupado por la forma de jugar de Torrelavega, pues es un equipo "que corre todo el partido, que es muy físico, muy directo y con una defensa muy agresiva”.
Llegan al partido los conquenses con la duda de Samuel Ibáñez, quien tiene dolencias en su espalda, en un partido que será arbitrado por Mendoza Roldán y Visciarelli Lareo.