Tras el accidente de Pelayo, el de este sábado no será un partido más para el Albacete Balompié y, en especial, para uno de sus futbolistas más relevantes. Roman Zozulia se verá las caras en el Carlos Belmonte con el Rayo Vallecano, el equipo en el que la presión de la grada le impidió jugar y ante el que querrá marcar para demostrar que se equivocaron con él. Para cobrarse una pequeña venganza. 

Para entender por qué Zozulia no llegó nunca a jugar con el Rayo Vallecano hay que remontarse a la pasada campaña. Procedente del Betis, fue cedido al conjunto franjirrojo, donde la oposición de la grada fue determinante para que nunca vistiese la elástica del equipo madrileño. Se le acusó de tener ideas ultraderechistas y de apoyar al ejército de su país, generando un clima irrespirable que le hizo abandonar retornando a Heliópolis, donde acabó rescindiendo en verano. 

Segunda oportunidad

Con severas dificultades para encontrar equipo, fue el Albacete el club que finalmente se hizo con los servicios de Zozulia, que se ha ganado el reconocimiento del público a base de rendimiento. Su pundonor y sus goles le han convertido en unas de las piezas fundamentales del cuadro de Enrique Martín, pero a buen seguro le quedó la espina de poder jugar contra el Rayo en la primera vuelta. 

En aquel momento, el técnico del cuadro manchego indicó que se caía de la convocatoria por descanso, aunque la presencia de Zozulia en Vallecas ya levantó el ánimo de la grada en la semana previa al encuentro. Finalmente no jugó, algo que presumiblemente no se repetirá este sábado porque en el Belmonte el ucraniano combate en terreno amigo. Su gol, si marca, a buen seguro irá para Pelayo, pero que nadie dude de que también le sacará una espina que tiene clavada.