El CD Guadalajara disputará la final por el ascenso frente al Yugo Socuéllamos el próximo sábado. Y lo hará con total merecimiento, aunque eso no quiere decir que el Quintanar del Rey no se haya dejado el alma en Alcázar de San Juan para mantener vivo su sueño. Ambos equipos ofrecieron un encuentro vibrante, plagado de emoción y con un derroche físico encomiable que finalmente concedió el premio a los morados.
El envite comenzó con ambos conjuntos teniendo sus opciones de marcar. El Guadalajara fiaba sus opciones a las combinaciones entre Domenech, Edgar y FranSantano mientras que los conquenses hacían gala de su fortaleza a balón parado para poner en apuros a los alcarreños. La intensidad era máxima y como es lógico no tardaron en surgir algunos piques que evidenciaban los nervios que se palpaban en el terreno de juego.
A una cabalgada de Caín bien abortada por la zaga morada le siguió una oportunidad clara de Santano, con un zapatazo marca de la casa que repelió con seguridad Ferrán Ferri. El esquiviano estaba afinando la puntería, pero iba a ser el Quintanar del Rey el encargado de adelantarse en el marcador. Tras una falta pegada a la banda fruto de los encontronazos, acudió al lanzamiento Fran Moreno, quien la puso tensa y dirigida a la portería de Manolo. La pelota tocó en la barrera, en Domenech concretamente, y despistó lo justo al meta alcarreño para llevar el 1-0 al marcador en el minuto 24.
No se iba a dejar llevar por la desesperación un Guadalajara que siguió con su plan y pronto encontró la recompensa. Santano recibió una pelota en la frontal del área y poco a poco se fue haciendo hueco para el disparo. En cuanto tuvo un mínimo espacio, el extremo soltó un latigazo con la diestra y en el minuto 28 estableció la igualada en el electrónico.
La pelea no cesaba y sólo la pausa para la hidratación calmaba ligeramente los ánimos. Fue un mínimo respiro obligado por el reglamento, ya que la batalla se reanudó por los mismos derroteros. Mucha pelea y varias interrupciones que no permitían un juego fluido, pero sí dejaban ver una intensidad que se echó de menos en la semifinal entre el Socuéllamos y el CD Toledo. Ya en el descuento previo al descanso, en el minuto 46, el cuadro morado alteró el guión de un partido que parecía que se iría al entreacto con el empate. El Guadalajara sacó rápido de banda en una acción que se antojaba intrascendente hasta que el balón llegó a Domenech. El atacante habilitó a Santano por la izquierda y el extremo, con tiempo para pensar, puso un servicio perfecto al corazón del área para que Campoy anotará el 1-2.
Pelea hasta el final
El varapalo provocó que el Quintanar del Rey se sintiera mucho más incómodo en la segunda mitad. Ya no le bastaba con igualar la garra del Guadalajara, ahora tenía que inventar soluciones en ataque y eso ya les costó más trabajo a los conquenses. Más aún cuando marcar un gol les valía, pero también les mataba definitivamente si lo encajaban frente a un cuadro morado con dinamita en la vanguardia.
Los de Acciari leyeron a la perfección el envite y lo enfriaron hasta congelarlo. Su control de partido fue más que sobresaliente y el Quintanar apenas lograba inquietar en algún arreón sin consecuencias ante una defensa muy ordenada y contundente por arriba.
Hubo que esperar a los últimos compases y a un eterno descuento de seis minutos. Los morados tuvieron la sentencia en un par de contragolpes, en especial en uno en el que Santano, con todo a su favor, acabó disparando muy desviado, posiblemente fruto del cansancio. Los alcarreños, al límite de sus fuerzas, se encerraron ante un Quintanar dispuesto a matar o morir. Pudo hacer lo primero tras un saque de esquina que le cayó a Alcañiz y que acabó con un tiro muy desviado.
Pero el destino quiso que fuera en el último segundo cuando se decidiera el nombre del segundo finalista con una falta centrada y al borde del área del Guadalajara. La vida en un disparo. Y al lanzamiento acudió Mazochi, al que se le marchó por muy poco el tiro y con él la última bala. El último anhelo de esperanza para que los conquenses siguieran vivos en la pelea por un ascenso que todavía está al alcance de los alcarreños. Allí les espera el Socuéllamos, el próximo sábado, en Alcázar de San Juan.