Empate que no le sabe a nada a un Villarrobledo al que le mató el granizo
El CP Villarrobledo sumó un empate que prácticamente no le vale para nada frente al filial del Getafe. En especial, porque los rojillos pudieron merecer más, pero la tremenda granizada que cayó sobre el Barranco del Lobo le mató. Los albaceteños iban con ventaja, pero a la vuelta de ese parón encajaron el 1-1 en una falta directa en la que la barrera pareció algo escasa.
El choque comenzó con mucha pelea, constantes interrupciones y con un Getafe B con más profundidad que el Villarrobledo. El filial llegaba a las inmediaciones de la portería rojilla, pero sin la precisión suficiente en los metros finales como para crear verdaderos problemas a la defensa local. Los zagueros fueron sacando los balones que orbitaban por el área y poco a poco las fuerzas se fueron igualando.
En especial, el Villarrobledo mejoró cuando equilibró la contundencia en la medular y cuando buscó por la izquierda a Carmelo, el jugador más vertical de los albaceteños. Eso sí, el extremo apenas pudo encarar en un par de ocasiones con el único bagaje de sacar alguna tarjeta a un rival y provocar alguna acción a balón parado, como una en la que Bruno salió mal parado y con una brecha que hubo que solventar sobre el terreno para que pudiera continuar.
Los choques no permitieron disfrutar de continuidad en el juego entre dos equipos que, además, evidenciaron tener muchos problemas en la construcción. Por lo que lo único que se pudo apuntar en la libreta fueron las cartulinas amarillas que se fueron repartieron entre ambos por acciones que quizás no merecían la amonestación como sanción, al tratarse de meros lances del juego.
Segunda Mitad
En la segunda parte, comenzaron muy bien las cosas para un Villarrobledo muy necesitado de puntos. En una de las primeras acciones, a los tres minutos de la reanudación, Latorre robó un balón fundamental que acabó en los dominios de Dani Ndi. El delantero cedió sobre la llegada de Carmelo que, desde la banda izquierda, puso un centro al segundo palo que Pablo García alojó en la red lanzándose con todo para el remate.
El 1-0 anunció un comienzo frenético de segunda parte que a punto estuvo de convertirse, un minuto después, en el empate. Y es que un pase a la espalda de la defensa permitió a Giovanni encarar a Zárraga, pero el cancerbero fue de nuevo salvador para evitar la igualada en un mano a mano clamoroso. Siguieron insistiendo los madrileños y rozó el gol Iglesias, pero su remate escorado murió en el lateral de la red.
A pesar de estas llegadas de peligro, la zaga rojillo se comportó de forma impecable para ir poco a poco achicando agua y llevando el partido al centro del campo. El Getafe B pareció perder el sitio y fruto de la frustración se quedó con diez, por una dura entrada de Sabit. Todo pintaba bien para los locales a falta de cinco minutos para el final, pero con una falta en contra cayó una tremenda granizada que obligó a detener momentáneamente el choque.
La vuelta le sentó muy mal al conjunto castellano-manchego. En esa misma falta que estaba pendiente por botarse, Zárraga puso sólo dos hombres en la barrera. Miranda lo tuvo claro y trazó una parábola perfecta para sortear el obstáculo por el exterior y sorprender al portero para el 1-1.
El interminable descuento se convirtió en un correcalles con oportunidades para ambos. Si bien Iglesias lo probaba desde lejos, el Villarrobledo insistía con balones al área que no hallaban rematador hasta que llegó el último minuto. En otro balón aéreo, Dos Santos falló a la hora de atraparlo y a punto estuvo de llegar un atacante rojillo. No lo consiguió y el colegiado dio por finalizada una épica batalla que puede haber dejado herido de muerte al cuadro albaceteño.