El cuarto día de huelga de los examinadores de tráfico y último convocado esta semana ha tenido un seguimiento masivo de en torno al 80 por ciento en el conjunto del país y se ha alcanzado casi el 100 por ciento en Castilla-La Mancha, según la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra).

Asextra, que ha convocado la huelga con el apoyo del sindicato CSIF, ha dicho que los paros continuarán porque la Dirección General de Tráfico (DGT) "no ha dado ni un solo paso" para cumplir "con lo que se prometió y firmó en la desconvocatoria de huelga de 2015".

Los convocantes aseguran que este miércoles no ha habido exámenes por haberse secundado la huelga al 100 % en Albacete, Oviedo, Castellón, Ciudad Real, Cuenca, Gipuzkoa, Huelva, Jaén, La Rioja, Lugo, Málaga, Ourense, Palencia, Salamanca, Soria, Teruel, Toledo, Cartagena, Gijón, Ibiza, Lanzarote, Santiago de Compostela y Vigo.

Alto seguimiento

Más del 90 % de los examinadores la han seguido o solo uno ha ido a trabajar en las jefaturas de Almería, Barcelona, Bizkaia, Burgos, Cantabria, Guadalajara, Huesca, León, Murcia, Navarra, Segovia, Tenerife, Zamora, Zaragoza, Alzira y Sabadell.

Con un seguimiento del 80 % o sólo dos examinadores trabajando figuran, según los convocantes, las jefaturas de Álava, Ávila, Cáceres, Valladolid y Alcalá de Henares.

En el resto, el seguimiento ha oscilado entre el 70 % y la nula participación en el paro, en este caso en Badajoz y Mallorca. Según los convocantes, estos paros han supuesto la suspensión de unas 6.000 pruebas en toda España.

La huelga continúa

La huelga continuará el próximo lunes y seguirá todos los lunes, martes y miércoles hasta el 31 de julio.

Asextra recuerda que los examinadores han querido ir a la huelga porque, entre otras cosas, llevan diez años de espera de un complemento específico que sea acorde con las características del puesto: elevada complejidad técnica, peligrosidad, penosidad y gran responsabilidad dentro de la seguridad vial.

La Dirección General de Tráfico propuso ayer a los sindicatos crear una escala específica para los examinadores y ampliar su plantilla con cien personas procedentes del Ejército, pero no ha sido bien acogido por el sindicato CSIF por "insuficiente".