Castilla-La Mancha, todo un filón económico para la Iglesia
Castilla-La Mancha es la comunidad autónoma en la que más se marca la X en la casilla de la Iglesia dentro de la declaración de la renta (IRPF), con un porcentaje que llega al 46,09 por ciento.
Las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha (46,09 por ciento), La Rioja (45,62), Extremadura (45,09), Murcia (44,57) y Castilla y León (43,16), por este orden, son los territorios donde más se marca la X en la casilla de la Iglesia dentro de la declaración de la renta (IRPF).
Las declaraciones en favor de la Iglesia han aumentado en diez comunidades autónomas, las cinco anteriores y también Andalucía, Islas Baleares, Islas Canarias, Cantabria y Comunidad Valenciana, según datos correspondientes al ejercicio de 2017.
El 64,3 por ciento de los declarantes en favor de la Iglesia marcan también la casilla para otros fines sociales, mientras que el 45 por ciento de los que afrontan por primera vez el IRPF no marcaron ninguna.
"Más allá de la transmisión de la fe a los jóvenes y el sentimiento de pertenencia a la vida de la Iglesia, también deben tener en cuenta que forman parte de una sociedad donde el destino de sus impuesto es importante", ha analizado el portavoz de la Conferencia Episcopal y obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello.
La cantidad asignada a la Iglesia mediante el sistema de asignación tributaria fue en 2017 de 267,83 millones, más de 11,6 de aumento, la cifra más alta desde que en 2007 comenzó el actual sistema de financiación a través del IRPF.
La cifra de declaraciones a favor de la Iglesia fue de 7,1 millones, que con las de tipo conjunto suman más de 8,5 millones, lo que supone un incremento de 51.658.
Además de una forma de convivencia y de espíritu social, la asignación a la Iglesia del 0,7 por ciento de los impuestos del declarante, sin que por ello pague más o le devuelvan menos, "es un ejercicio de inteligencia" porque "beneficia al Estado de bienestar y al bien común", ha subrayado Argüello.
En el caso de la diócesis de Valladolid, la recaudación para la Iglesia a través de la IRPF fue de 3,5 millones, pero recibió 3,2 debido al sistema de distribución compensatoria entre demarcaciones eclesiásticas, que beneficia a quien más necesidades tiene.