Digital Castilla

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Economía VUELVE A VALORES NEGATIVOS

Castilla-La Mancha sufre la mayor caída de la confianza de los inversores tras dos años y medio en positivo

27 enero, 2020 14:21

La confianza de los inversores de Castilla La Mancha ha caído a valores negativos durante el segundo semestre de 2019, al situarse en -0,6 puntos en el índice de confianza de J.P.Morgan Asset Management, con lo que se produce un cambio de tendencia al romperse la racha de cinco semestres consecutivos en positivo.

Según informa la empresa financiera en un comunicado, los inversores castellano-manchegos no han estado "tan negativos desde el segundo semestre de 2016" y este retroceso, de 3,1 puntos, es "el más fuerte de todas las regiones".

Al término del año 2019, solo dos regiones mantenían el índice de confianza de los inversores en positivo, Andalucía y Aragón, con 0,1 puntos cada una, mientras que Cataluña y la Comunidad de Madrid se posicionaron como las regiones con valores más negativos, al registrar sus índices de confianza caídas hasta los -2,5 y -2,3 puntos, respectivamente.

Madrid es, además, la segunda comunidad que ha experimentado una caída más fuerte de la confianza, con un retroceso de 3,1 puntos, solo por detrás de Castilla-La Mancha, donde el índice ha descendido 3,2 puntos, hasta el -0,6.

En España

En el conjunto de España, según el informe, también se alcanzan niveles de pesimismo nunca vistos desde el primer trimestre de 2016.

Este notorio descenso, según la encuesta de J.P. Morgan, refleja un mayor pesimismo por parte de los inversores españoles: alrededor del 41 % cree muy probable que las bolsas caigan en los próximos meses, frente al cerca del 21 % que ve más probable una subida.

Entre los factores que lastraron el ánimo de los españoles, los dos más señalados han sido la percepción de que se acerca una nueva recesión (40,5 %) y el clima de inestabilidad política en España (33,2 % de respuestas).

Esta percepción contrasta con la visión macroeconómica de J.P.Morgan AM para 2020, que espera un entorno de crecimiento global y de menor inestabilidad que será positivo para las bolsas, gracias a que precisamente durante el último trimestre del año se sentaron las bases para despejar parte de las tensiones comerciales entre EE.UU. y China y la incertidumbre sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea, a lo que suman las señales de apoyo continuado al mercado por parte de los bancos centrales, que previsiblemente mantendrán políticas acomodaticias a lo largo de 2019.