El banco BBVA ha previsto una recuperación para Castilla-La Mancha de 4,4 puntos para 2021 y de 6,2 en 2022 que podrían suponer un incremento de 31.000 empleos en la región hasta el año que viene y que la tasa de paro se reduzca hasta el 15,4 % en 2022, ocho décimas por debajo de su nivel de 2019, aunque todavía punto y medio por encima de la media nacional.
Así lo ha puesto de manifiesto Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, y Juan Carlos Hidalgo, director Territorial Centro BBVA, quienes han presentado este miércoles el informe económico 'Situación Castilla-La Mancha'.
Para que esta recuperación se pueda hacer realidad, Cardoso ha indicado como medidas necesarias que la vacunación contra la COVID avance de la manera más rápida posible y que en verano ya haya un porcentaje alto de la población inmunizada, al tiempo que ha creído también necesario que los fondos europeos "se utilicen de la forma más eficiente posible". Estas dos claves "podrían condicionar la velocidad de la recuperación".
En dicho informe, la entidad bancaria ha analizado la caída del PIB autonómico, que habría caído en un 9 % en 2020, y con las previsiones que maneja la entidad financiera, prevé que a finales del próximo año pueda situarse en niveles de antes de la crisis sanitaria.
A juicio de BBVA Research, las políticas públicas permitieron minorar el impacto de la COVID-19, y ha augurado que los sectores de consumo e inversión impulsarán la economía a lo largo de 2021 y aún con riesgos, la situación iría normalizándose hacia 2022.
Impacto de la pandemia
La caída de la actividad de 2020, según el informe, se fraguó durante el confinamiento de la primera mitad del año.
De acuerdo a las estimaciones de BBVA Research, las medidas de distanciamiento social necesarias para evitar los contagios provocaron una disminución relevante del PIB regional ya en el primer trimestre del 3,3 %, que alcanzó una magnitud sin precedentes en el segundo con un -17,6 %.
La posterior relajación de las restricciones permitió un rebote importante en el tercer trimestre, ya que el PIB regional subió hasta el 16,5 %, y un crecimiento moderado en el último trimestre del año del 0,5 % por el deterioro de la situación sanitaria tanto en Castilla-La Mancha y España, como en la Unión Europea. El impacto de la pandemia "ha sido significativo y heterogéneo" en Castilla-La Mancha.
Según BBVA, la reducción del consumo privado, en particular en los sectores de consumo social, además de la observada en la inversión y en las exportaciones de bienes y servicios, explican la mayor parte de la caída del PIB.
El menor peso de las actividades de consumo social en la economía castellanomanchega permitió que el gasto de los hogares se redujera menos a lo largo de todos los meses del año en la región que en España, a pesar de una incidencia sanitaria de la enfermedad algo mayor.
Así por ejemplo, la caída en el gasto con tarjeta de crédito y débito de clientes españoles de BBVA, o realizado en Terminales Punto de Venta (TPV) de BBVA en abril, el mes más duro del confinamiento, fue de un 46 % en Castilla-La Mancha, pero 5 puntos menor en términos absolutos que la del promedio nacional.
Ello, añadido al menor peso del gasto de los extranjeros, particularmente afectado por las restricciones a la movilidad, resultó en un impacto final inferior en el comportamiento de la demanda regional.
A diferencia de la crisis de 2008, los sectores sociales y con menor capacidad de teletrabajo fueron los más afectados, y no la construcción.
Esto se ve reflejado en la caída del gasto con tarjeta, que alcanzó ritmos de caída por encima del 80 % interanual en esos meses en los sectores más afectados, como el ocio, deportes y juguetes, alojamiento, moda, viajes, hostelería y restauración.
Por el contrario, de modo similar en Castilla-La Mancha y España, la pandemia redirigió el consumo hacia el comercio electrónico, la alimentación, el hogar y los servicios y productos de salud.
Las exportaciones de bienes de Castilla-La Mancha mostraron una evolución mejor que la española, por el mejor comportamiento en los trimestres centrales del año de la alimentación, y de los bienes de equipo en el tercero.
Tampoco la reducción del turismo fue tan acusada en la región, por ser menos dependiente de los extranjeros, salvo en Toledo.
La inversión inmobiliaria empeoró en 2020, pero mostró una evolución algo mejor que en España.
Impulso fiscal del Gobierno regional
En respuesta a la crisis, BBVA Reserach se observó un significativo impulso fiscal, tanto en gasto sanitario para hacer frente a la pandemia, como para apoyar el ingreso de las familias o el tejido productivo.
El compromiso del Banco Central Europeo con un entorno de tipos bajos, las medidas encaminadas a incrementar la liquidez, junto con la buena posición del sector bancario y las garantías públicas, han permitido un aumento del crédito que ha contribuido a sostener el empleo y la inversión.
Por otro lado, la política fiscal ha cumplido con su papel de suavizar el ciclo económico. En particular, la Junta de Castilla-La Mancha implementó ayudas a autónomos y micropymes, avales y planes de inversión entre otros, por el equivalente al 0,8 % del PIB regional.
Pese a la debilidad inicial, desde el centro de estudios económicos de la entidad financiera se espera que progresivamente la economía retorne al crecimiento.
Así, en 2021 el PIB castellano-manchego podría incrementarse en un 4,4 %, lo que permitiría un aumento del empleo del 2,1 %, incluso con una mejora del sector industrial que no se prevé tan dinámica como se intuía hace unos meses.
Los avances en la vacunación, la recuperación de la actividad y el gasto en Europa, y las nuevas políticas de demanda tanto fiscal como monetaria impulsarán la actividad.
Entre estas, BBVA destaca la extensión de los ERTE recientemente aprobada hasta el mes de mayo, o los fondos europeos del Next Generation EU, que pueden suponer el 2 % del PIB regional en 2021 y comenzarán a impulsar la economía, pero no será hasta 2022 cuando se observen plenamente sus efectos.
"Fuerte incremento" del gasto
Además, el "fuerte incremento" del gasto de la Junta de Castilla-La Mancha se vio soportado en parte en 2020 por ingresos extraordinarios por parte del Estado, lo que habría permitido cerrar el año con un déficit autonómico algo inferior al 0,6 % previsto de media entre las comunidades autónomas.
El incremento del gasto no financiero superará el 15 %, según el presupuesto aprobado para este año, apoyado en los fondos de recuperación y reconstrucción que se han previsto recibir.
En 2022 se espera que la actividad aumente en la región en un 6,2 %, con un crecimiento del empleo que podría acercarse al 5 %, lo que retornaría la tasa de paro al 15,4 %, que sería un 0,8 % por debajo de la de 2019, aunque punto y medio por encima de la media nacional.
Esto se apoyará en la recuperación del consumo y la inversión, que serán reflejo de los avances en la vacunación, que permitirán ya la transición hacia la normalidad, entre otros en el sector turístico; la mejora de la actividad en Europa; la continuidad de los impulsos a la demanda, en particular los de los fondos NGEU; la política del BCE que continuará incrementando la liquidez y una elevada capacidad de producción sin utilizar tras la fuerte caída del gasto.
De cumplirse este escenario, el incremento del PIB per cápita en Castilla-La Mancha entre 2019 y 2022 sería algo superior a la media de España, en torno a 4 décimas anuales, y al final del horizonte de previsión el PIB será un 0,9 % superior al de 2019.
Satisfacción en el Gobierno de Page
Mientras, el Gobierno regional ha manifestado su satisfacción por estas previsiones del BBVA Research.Según ha informado en nota de prensa el Gobierno regional, el consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina ha recibido con optimismo los datos tan positivos que ha puesto de manifiesto este gabinete de estudio.
A su entender, las medidas públicas adoptadas han permitido que el impacto económico haya sido menor que el que se hubiera producido en ausencia de las mismas. Entre ellas ha citado la incentivación en el uso de los ERTE, las garantías públicas y la expansión del gasto autonómico y ha resaltado que esta última ha ayudado a contener la pandemia y a estabilizar la economía.
En este sentido, el titular de Hacienda y Administraciones Públicas ha subrayado que el informe también refleja que en respuesta a la crisis se observó un significativo impulso fiscal, tanto en gasto sanitario para hacer frente a la pandemia, como para apoyar el ingreso de las familias o el tejido productivo, y hace hincapié en que la Junta implementó ayudas a autónomos y micropymes, avales y planes de inversión, entre otros, por el equivalente al 0,8% del PIB regional.
Desde el Ejecutivo, han destacado que las positivas estimaciones del BBVA Research para Castilla-La Mancha se suman a las publicadas previamente por este gabinete de estudio en relación al impacto de la crisis del COVID-19 en el PIB de las comunidades autónomas, que inciden en que Castilla-La Mancha es una de las regiones que mejor va a resistir el impacto de la caída del PIB en 2020.
Por su parte, Patricia Franco ha valorado las perspectivas de crecimiento que el informe prevé en ámbitos como el empleo o la producción industrial, además de destacar la capacidad de resistencia en sectores como el turismo o las exportaciones, que han hecho que el impacto del COVID en la región se haya amortiguado más que en el conjunto del país.
En el análisis, la consejera de Economía, Empresas y Empleo ha subrayado que, pese a los efectos de la crisis sanitaria sobre el mercado de trabajo, la región fuera una de las dos únicas comunidades autónomas que cerró el año 2020 con un incremento en el empleo, gracias a una subida en la afiliación a la Seguridad Social con especial incidencia en áreas urbanas como Ciudad Real, Talavera de la Reina y Toledo apoyadas en el potencial del sector agroalimentario, en el mejor comportamiento en exportaciones o la inversión pública.
A esta capacidad de resistencia, la consejera ha sumado las previsiones en materia de creación de empleo que recoge el estudio, que apunta a un crecimiento de la ocupación del 2,1 por ciento en este año y mucho más intenso, del 4,9 por ciento, el año próximo. Con estas previsiones, la tasa de paro caería hasta el 15,4 por ciento en 2022, en un periodo en el que se generarían, además, más de 31.000 empleos en Castilla-La Mancha.
La titular de Economía, Empresas y Empleo también ha resaltado el hecho de que el observatorio de BBVA Research otorgue a Castilla-La Mancha una mayor capacidad de recuperación de la actividad industrial tanto en este año como en el próximo con respecto al conjunto del país y que la evolución en las importaciones de bienes auguran una recuperación relativamente rápida para la región.
También ha incidido en que el informe recoja la capacidad de resistencia de Castilla-La Mancha en actividades estratégicas en el año 2020 frente al impacto del COVID, como las exportaciones o el sector turístico, en las que la región logró contener los efectos de la crisis sanitaria registrados en el conjunto del país.