Los fundadores de la primera empresa nacida al calor de la UCLM se enfrentan a penas de cárcel
Apenas un mes después de que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha determinara que el concurso de acreedores de la empresa ciudadrealeña Alquimia Soluciones Ambientales S.L. fue fortuito, es decir sin responsabilidad en las causas de insolvencia, la Audiencia Provincial de Ciudad Real sentará en el banquillo a los fundadores de los que fuera la primera spin off de la UCLM.
En concreto, y según el escrito de acusación al que ha tenido acceso Europa Press, la Fiscalía solicita cuatro años y medio de prisión para los fundadores de esta empresa --algunos de los cuales fueron profesores de la UCLM-- y si el TSJCLM absolvió a la empresa y a los miembros de su Consejo de Administración por el concurso de acreedores, ahora se considera a los fundadores de presunta insolvencia punible por lo que también solicita indemnizaciones que rondan los 300.000 euros.
Según un complicado entramado financiero que relata el escrito de acusación, los hechos se inician en 2005 cuando se designó administrador único de la mercantil Alquimia Soluciones Ambientales SL, a la mercantil Quidam 21 creada en 2005 y que designó como representante a uno de los acusados.
Sin embargo, en 2008 se aceptó la dimisión del administrador único Quidam 21 y modificar el sistema de administración pasando a un consejo de administración en el que dos de los acusados --uno de ellos el antes administrador único de Quidam 21-- eran presidente y consejero delegado.
Unos años después, en enero de 2012, Alquimia Soluciones Ambientales firmó un contrato de prestación de servicios de nuevo con Quidam 21 para que ésta última se hiciera cargo de los servicios de gestión y administración empresarial incluyendo cualesquiera servicios y actividades relacionadas con la administración interna y representación de Alquimia Soluciones Ambientales frente a terceros.
Contratos con "efecto defraudatorio"
En mayo de 2012 se suscribió otro contrato para ofrecer los mismos servicios hasta el punto, indica el escrito de la Fiscalía, que era Quidam 21 quien escribía a algunos clientes en nombre de Alquimia Soluciones Ambientales de forma que se creaba "confusión entre ambas empresas, y del uso de la mercantil Quidam 21 S.L como efecto defraudatorio".
A este respecto, la fiscal considera que, a través de los citados contratos, "se generó una facturación de Quidam 21 S.L frente a Alquimia Soluciones Ambientales S.L cuya repercusión contribuyó a agravar la situación de insolvencia de la mercantil tanto con carácter previo a la solicitud de concurso como con posterioridad al mismo, facturación por conceptos de supuestos servicios cuya prestación efectiva no se acreditaba su realización o que no correspondieran a funciones propias del órgano de administración de la sociedad".