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Una 'Oficina móvil' de CCOO vigilará las explotaciones agrícolas de Castilla-La Mancha

13 julio, 2018 07:41

Una 'Oficina Móvil' de CCOO recorrerá a partir de este viernes las explotaciones agrícolas de Castilla-La Mancha para atender a los temporeros y controlar el cumplimiento de la normativa laboral durante las campañas agrícolas.

Así lo han anunciado la secretaria general de CCOO en Albacete, Carmen Juste; el secretario general regional de CCOO-Industria, Ángel León, y el secretario general de CCOO-Industria en Albacete, Juan Cuevas, en la rueda de prensa que han ofrecido en Albacete para presentar la campaña de lucha contra el fraude en el campo que ha dispuesto el sindicato, según ha informado la organización sindical en nota de prensa.

"Queremos erradicar las situaciones de explotación, el empleo sumergido, las irregularidades en la contratación, las jornadas no declaradas, los fraudes a la seguridad social, los alojamientos infrahumanos. Vamos a recorrer las fincas para detectar las posibles ilegalidades y para estar a disposición de los trabajadores y las trabajadoras", ha indicado León.

El sindicato también prestará especial atención al cumplimiento de las medidas de prevención de riesgos laborales y a las situaciones de acoso o discriminación por razón de género.

El responsable de CCOO-Industria en Albacete ha subrayado que "en todo caso, no es una situación generalizada en la provincia pero es cierto que se ha dado en Albacete", y ha señalado que el sindicato tuvo conocimiento de los hechos a través de un buzón de denuncia anónima que habilitó Comisiones Obreras y que tiene ya más de 50 quejas sólo en la provincia de Albacete.

Empleo sumergido

"El campo de Albacete cuenta con cerca de 10.000 trabajadores a los que se les aplica el convenio colectivo del campo y aunque muchas empresas sí cumplen con la normativa, esa cifra oficial se ve manchada por el empleo sumergido en algunas explotaciones agrícolas de Albacete", ha denunciado por su parte Juste.

"Estamos alerta ante las nuevas formas de cultivo, extensivas y más descontroladas que proliferan en nuestra provincia y buena muestra de ello, fue la situación destapada el año pasado en una finca dedicada al cultivo de lechugas", ha indicado Juste, que ha mostrado su preocupación "por la continuidad de los casos no sólo de incumplimiento de las condiciones laborales, sino también de mercadeo de personas, de explotación laboral y humana."

Con el fin de erradicar estas irregularidades, Juste, ha reclamado una mayor implicación y la colaboración de las administraciones para conseguir que la lucha contra el fraude sea más eficaz.

Respecto a las dificultades para el control de estas situciones, Juan Cuevas ha destacado que "la persecución del fraude en el campo, independientemente de la labor que está realizando la Inspección de Trabajo, tiene una dificultad añadida, al hallarse las trabajadoras y los trabajadores en tajos distribuidos en cualquier parte de la geografía, lo que dificulta su localización e identificación".

Respecto a las condiciones laborales, en particular la jornada de trabajo, Cuevas ha mostrado su preocupación por los temporeros que realizan su trabajo en condiciones extremas, "jornadas que superan las ocho horas diarias con temperaturas de más de 40 grados y en el que los trabajadores no cuentan con más medidas de protección que una gorra o sombrero".

Además, ha remarcado que "trabajan sin medidas de protección, rara vez con botas homologadas, monos o ropa de trabajo suministrada por la empresa". "De hecho, resulta curioso que un sector como este tan físico y por momentos muy peligroso, en el que se trabaja con productos químicos y fitosanitarios y personal con escasa formación en prevención de riesgos laborales, no colme las estadísticas de accidentes de trabajo", ha añadido.

Sobre el trabajo a destajo, ha declarado que lamentablemente "sigue siendo la constante en el campo. Para alcanzar un salario digno tienen que deslomarse durante de sol a sol y cumplir con unas cantidades de recogida mínima. El caso de los temporeros del año pasado, a los que se les pagaba la indignante cantidad de dos céntimos cada lechuga, es un ejemplo".