El comercio de Toledo, casi al completo, y las terrazas de los bares, en menor medida, reabren sus puertas desde este lunes, cuando la provincia ha entrado en la fase 1 de desescalada, y aunque los clientes habituales se han lanzado a comprar, los locales del Casco Histórico de Toledo echan en falta a los turistas.



"La sensación es buena entre los comerciantes", ha asegurado en declaraciones a Efe la gerente de Confecciones Almacenes León, Ascensión Gómez, cuya tienda en el toledano barrio de Santa Teresa ha tenido que ajustar su espacio de venta al público a los 400 metros cuadrados que, como máximo, están permitidos.



Gómez, que también es secretaria de la Asociación de Comerciantes de Santa Teresa, ha celebrado que mayoritariamente, "la gente que ha entrado en la tienda ha comprado" respetando las normas, como las distancias de seguridad o el uso de guantes y mascarillas, lo que demuestra que la ciudadanía está "concienciada".



Ha admitido que tenía "miedo" de que la gente no comprendiera las medidas que se han tenido que adoptar o que no salieran a la calle a pesar de que ya está permitida la apertura de los comercios, pero ha destacado que "la gente que ha salido, ha salido a comprar".



En su barrio, Santa Teresa, casi todas las tiendas están abiertas, del mismo modo que también han subido la persiana en otras zonas de la capital, como el Casco Histórico, donde desde primera hora, los trabajadores de las tiendas preparaban los espacios para la reapertura.



Sin embargo, en la zona turística de Toledo por excelencia, las tiendas se han enfrentado a una situación bastante distinta, tal y como ha relatado Ana, responsable de la tienda de Mood, que ha comentado que se han confirmado sus sospechas de que "sin turismo, todo estaría bastante tranquilo".



"El día de hoy ha sido malo", ha resumido Ana, que ha considerado que mientras que no haya turismo, al menos nacional, las expectativas no son buenas, si bien ha confiado en que dentro de unas semanas, cuando ya sí se permita viajar, el escenario "puedan mejorar".



También han animado a comprar en el pequeño comercio del Casco Histórico de Toledo desde la tienda "Atelier Mir Theus", cuya responsable ha aseverado que todas sus piezas están desinfectadas, de forma que "los clientes pueden entrar sin miedo, porque cualquier producto que toquen, va a estar desinfectado".



"Hay que comprar en el Casco. Somos comerciantes, que tenemos una familia detrás, hay que comprar, para salir más fuertes", han animado desde este negocio.



La apertura de los establecimientos de restauración ha sido menos generalizada y uno que este lunes ha subido la persiana ha sido la Cervecería Trébol, en cuya terraza se han sentado los primeros clientes sobre las 11.00 horas y su responsable, Natalia, se ha mostrado "muy contenta" por la respuesta que está dando la clientela el primer día y porque "los clientes vienen seguros, no han trasladado ninguna preocupación".



En general, el secretario de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Toledo (AHT), Valentín Salamanca, ha resumido en declaraciones a Efe que "hay de todo", bares que abrirán y otros que no "porque no les trae cuenta" y han apostado por esperar a la fase 2, cuando ya se permitirá el consumo de comida y bebida dentro de los locales.



Salamanca ha calculado que en el Casco Histórico de Toledo "no va a abrir casi nadie" por varios motivos, el primero por la falta de turismo, que constituye el grueso de la clientela y, en segundo lugar, porque las terrazas son pequeñas o directamente carecen de ellas.



Sin embargo, ha asegurado que en el resto de barrios de Toledo sí abrirán más, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos bares ya tienen en marcha servicio de comida para llevar y la terraza "va sumando".



Además, ha destacado que en varios ayuntamientos de la provincia, como el de Toledo, Talavera de la Reina, Torrijos o Illescas, están a aumentando, en algunos casos hasta el máximo que permite las ordenanzas municipales, la superficie de terraza.



Por todo ello, ha confiado en que "la gente vaya perdiendo el miedo y se vayan animando poco a poco", aunque también ha apuntado que tendrá que haber "un cierto cambio de prácticas", tanto por parte de los camareros, de respetar las distancias o medidas de higiene, como entre los clientes, que por ejemplo, "se tendrá que acostumbrar a esperar para sentarse en una mesa de una terraza y que, cuando una mesa se quede libre, primero se tiene que desinfectar la mesa y las sillas".