El precio de la vivienda usada en Castilla-La Mancha ha caído casi un 7 % desde el confinamiento

El precio de la vivienda usada en Castilla-La Mancha cayó un 6,9 % en tasa interanual durante el segundo trimestre del año, en pleno estado de alarma, superior a la caída media de España que fue de un 6,1 %, en lo que ha supuesto el mayor descenso de toda la serie histórica del portal inmobiliario Idealista.

Los datos aportados en el informe revelan, no obstante, que el ajuste de precios en el mercado no ha sido homogéneo.

El jefe de Estudios de Idealista, Fernando Encinar, aclara que se podría volver a una España "a diferentes velocidades, igual que sucedió entre 2008 y 2014".

Apunta a "una España que se llena, en la que se concentra la demanda y que podría no experimentar" unas caídas de precio tan relevantes.

Estas zonas, añade, están "sostenidas principalmente" por inversores y que es generadora de empleo (Madrid, Barcelona, Málaga, Valencia, la costa mediterránea y los archipiélagos).

En el otro lado, Encinar destaca a la "España que se vacía", que podría tener una recuperación "más rápida" que en la crisis anterior.

Por comunidades autónomas y durante el confinamiento, solo en Baleares crecieron los precios, un 0,4 %, en comparación con el periodo abril-junio de 2019.

La mayor caída en el segundo trimestre tuvo lugar en Cataluña, donde el precio se redujo un 8 % en tasa interanual.

El informe destaca también los descensos de Navarra (7,9 %), Castilla-La Mancha (6,9 %) y Aragón (6,3%), en tanto que en la Comunidad de Madrid la caída fue del 2,3 % en ese trimestre.

Por provincias, solo en tres se dieron subidas de precio entre abril y junio, la mayor de ellas en Soria (8,8 % más), seguida por Guipúzcoa (0,4 %) y Baleares (0,4 %).

En el lado opuesto, Lleida marcó la mayor caída (10,1 %), seguida por Granada (8,8 %), Tarragona (8,2 %), Navarra y Toledo (7,9 % en ambas).

El informe concluye que las capitales han tenido un comportamiento menos bajista que las provincias en el periodo de reclusión y estado de alarma y que, en cualquier caso, hasta después del verano no se podrá confirmar la tendencia que apuntan los datos.