Los precios industriales han caído un 1,5 por ciento en agosto en comparación con el mismo mes del año pasado, un indicador que mejora en comparación con julio, cuando los precios industriales cayeron en la región un 4,4 por ciento.

A nivel nacional, los precios industriales cayeron en agosto un 3,5 % en comparación con el mismo mes de 2019, un descenso 1,3 puntos más suave que el registrado en julio (4,8 %) debido principalmente a la evolución de los precios de la energía.

Según los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice de precios industriales (IPRI), que lleva 15 meses en negativo, sumó su tercer mes consecutivo de moderación de los descensos desde que en mayo tocara fondo con una caída del 8,8 %.

Los precios de la energía fueron el principal factor que presionó el IPRI al alza, ya que aunque registraron una caída interanual del 10,1 %, esta fue casi cuatro puntos inferior a la de julio.

Esto se debe al encarecimiento del refino de petróleo, que en agosto de 2019 se abarató, y a la caída de los precios de la producción, transporte y distribución de energía eléctrica, que fue menor a la del mismo mes de 2019.

También contribuyó a moderar la caída del IPRI el menor descenso de los precios de los bienes intermedios -un 1,8 %, tres décimas menos-, consecuencia del bajón menos intenso de los precios de la producción de metales preciosos y, en menor medida, del encarecimiento de la fabricación de productos químicos básicos.

Los precios de los bienes de equipo, que subieron un 0,8 %, tuvieron una pequeña repercusión al alza del IPRI, mientras que los bienes de consumo no duradero (que aumentaron un 0,4 %) influyeron ligeramente a la baja y los de consumo duradero (alza del 1,3 %) no tuvieron efecto.

Si se elimina el efecto de la energía, los precios industriales bajaron un 0,4 % en agosto, una décima menos que en julio, con lo que sumaron cinco meses consecutivos en negativo.

En términos mensuales, los precios industriales bajaron un 0,2 % con respecto a julio, debido sobre todo a la bajada de la energía, derivada de la caída de los precios de producción y distribución de gas y, en menor medida, de electricidad, así como por el abaratamiento de los bienes de consumo no duradero.

Por comunidades autónomas, la caída de los precios industriales se moderó en todas las regiones salvo en Cantabria, sobre todo en Murcia, Asturias y Castilla-La Mancha.