En septiembre de 2008, en pleno boom inmobiliario cuando el crédito fluía a borbotones, España registró su récord de sucursales con 45.707, según datos del Banco de España. Ahora, los últimos datos del regulador muestran que en marzo de este año quedaban 21.612 sucursales de entidades de depósito. Una reducción que seguirá este año, a la vista de los EREs presentados por diferentes entidades como Unicaja, Liberbank, Sabadell, CaixaBank… empeñadas en reducir los costes de explotación como forma de contrarrestar los menores ingresos debido a los bajos tipos de interés y como una manera de ganar en eficiencia. EREs que van acompañados del correspondiente cierre de miles de sucursales.

No obstante, las cooperativas de crédito en España continúan incrementando año tras año su cuota de mercado, tanto en crédito como en depósitos, una tendencia que no se ha visto alterada por la pandemia del coronavirus. Una expansión obtenida en detrimento de los bancos y cajas de ahorro gracias a su intensa reestructuración de oficinas y plantilla, y donde las cajas rurales apenas están participando. Un desarrollo especialmente relevante en los territorios con poca densidad de población, donde en tantas ocasiones las cooperativas de crédito son las únicas entidades financieras presentes, especialmente en aquellos municipios de menos de 5.000 habitantes. Una oportunidad para demostrar el valor del modelo de negocio de las cooperativas de crédito, un sector que además continúa creando empleo.

Son los casos en Castilla-La Mancha de las dos cajas rurales más importantes de la región: Eurocaja Rural y Globalcaja, cuya representación se extiende de forma dominante por todo la Comunidad Autónoma, además de en otros territorios del país, a través de sus más de 500 oficinas abiertas en las cinco provincias por las dos entidades. Una red de sucursales a gran distancia del resto de bancos que operan en Castilla-La Mancha como son CaixaBank, Unicaja (Liberbank), Santander, BBVA, Sabadell y Kutxabank, además de dos pequeñas cajas rurales locales en Casas Ibáñez y Villamalea.