Hyundai ya fabrica el i10 NLine en Europa
Sin llegar a la deportividad extrema de los modelos N de alto rendimiento sobre la base del i30 con los que Hyundai ha demostrado su saber hacer a la hora de fabricar coches que transmitan sensaciones de verdad, la gama N Line permite a los clientes de la firma coreana disfrutar de una estética muy deportiva que además se adereza con mejoras mecánicas y dinámicas además de las de diseño.
Así, el nuevo i10 N Line viene con un motor exclusivo, el 1.0 Turbo GDi de 100 CV y 172 Nm de par motor, que le permite diferenciarse claramente de la competencia en su segmento, ya que a excepción de Toyota nadie ofrece un modelo tan deportivo. A nivel estético los paragolpes y parrilla rediseñados le aportan un aspecto dinámico inspirado de los modelos de alto rendimiento de la firma. En su interior, toman protagonismo el volante y la palanca de cambios N, los aireadores de ventilación con marcos rojos y los pedales en aluminio.
La planta de Izmit, situada en Turquía, es la de mayor antigüedad de la marca fuera de Corea. Abrió sus puertas en 1997 y tiene una capacidad de fabricación anual de 230.000 unidades. Cuenta con cuatro líneas de producción principales, que consisten en prensa, carrocería, pintura y montaje, y es una instalación muy adecuada para fabricar un coche del segmento A enfocado al mercado del Viejo Continente que se resiste a someterse a pesar de estar viviendo una auténtica transformación hacia la movilidad eléctrica.
Con su reducido peso, de apenas una tonelada, este i10 NLine de 100Cv permite ofrece una dinámica de conducción ciertamente deportiva. Acelera de 0 a 100 en apenas 10 segundos, y su velocidad máxima será de 185Km/h. El cambio es siempre manual y la tracción delantera, y declara un gasto medio de 6,1 L/100, con unas emisiones de 139 g/km de CO2.
En su equipamiento no faltan el climatizador automático, los asientos envolventes y calefactables, el volante multifunción en piel, la alerta de cambio de carril, SmartBeam, la frenada automática en ciudad, el aviso pre-colisión, el detector de fatiga, un sistema de sonido con pantalla táctil de 8 pulgadas, bluetooth, puerto USB, radio DAB, Apple CarPlay, Android Auto o cargador de móvil sin cables. El precio rondará los 18.000 euros.