Casero ha tenido en su agradecimiento unas palabras hacia los molinos de viento centenarios, "estos nueve gigantes que aún perduran con su maquinaria original, y pese a la inmortalidad que les diera Don Miguel de Cervantes, estuvieron al borde de la extinción, y no por el peso de sus años, sino porque al faltar las manos que los crearon fueron cayendo en el olvido. Hoy están contentos porque con este premio se reconoce la labor tan importante de preservarlos".