A la calle Comercio de Toledo, la arteria principal del Casco Histórico, se le conoce popularmente en la ciudad como 'la calle ancha'. Y es que, aunque sus dimensiones sean bastante modestas, efectivamente lo es en comparación con el resto de vías del barrio antiguo.
La belleza del Casco Histórico toledano, donde siglos atrás convivieron las tres culturas, reside en el inmenso patromonio monumental y cultural que atesora, pero también en las empinadas cuestas y en la sinuosidad de unas callejuelas y callejones que en algunos casos no llegan siquiera al metro de anchura.