No sé qué es más terrible e insoportable, la fiesta de Halloween, con miles de niños y niñas vestidos de miedo y con miedo, pidiendo caramelos por las calles, como adictos al azúcar, o la fiesta de Holywins, con muchos menos niños vestidos de "Santos", cual ejercito divino para vencer a las brujas, zombis y monstruos que pululan por todos lados. Tengo una mala noticia para todos: hay demasiados monstruos.

El monstruo de la semana es, sin duda, Íñigo Errejón, personificación absoluta del cuento del lobo vestido de cordero. Un chaval con cara de bueno, con pinta de pusilánime y con discurso conciliador que se convertía en un depredador en cuanto enseñaba la patita o en cuanto tú le dabas la manita. Sí, nos ha dejado ojipláticos porque teníamos prejuicios, pero en este caso y aunque suene contradictorio, teníamos prejuicios positivos. Hay gente a la que no nos imaginamos haciendo ciertas cosas. Este es un claro ejemplo.

Detrás de Errejón han venido otras tantas de denuncias, otros muchos abusos. Pongámonos todos a examen. ¿Cuántas de vosotras no habéis tenido en algún momento que hacer una cobra, quitar una mano, bloquear a algún tío que os mandaba ochenta mensajes al día, intentar despistar a un baboso en una fiesta? ¿Cuántas de vosotras no habéis pensado en algún momento de vuestra carrera profesional que el jefe se estaba pasando, con sus actitudes o con sus comentarios? ¿Cuántas de vosotras no habéis constatado que había un hombre utilizando su poder para haceros sentir incómodas?

Todo eso son violencias machistas que pueden derivar o no en agresiones sexuales, pero son violencias machistas. Y sed sinceros: ¿Cuántos de vosotros, los hombres, sentís que os habéis pasado alguna vez con una tía? ¿Qué la habéis incomodado con vuestros comentarios, que la habéis intentado meter mano, pensando que si no quiere que diga que no y punto? ¿Cuántos de vosotros os reconocéis en actitudes tensas u ofensivas para las mujeres? ¿Ninguno? No me lo creo.

Para los que estéis pensando que soy, como se dice por ahí una "feminazi", una feminista peligrosa, podéis darle la vuelta al argumento. Si en algún momento alguna mujer os ha hecho sentir acosados, perseguidos o violentados es que está aplicando comportamientos machistas y eso significaría que lo hemos hecho todo mal. ¿Estamos creando demasiados monstruos? Me llamo Ángeles y estos son mis demonios.