Page se revuelve y le pega un fuerte manotazo a Sánchez entre risotadas, y otros tres de mis amores toledanos
Emiliano García-Page se ha vuelto de Santander como llegó: con las manos en los bolsillos y silbando. Más o menos. O sea, dicho en tres claves: un discurso incisivo contra el sanchismo que ya conoce todo el mundo, mucho ruido mediático al trantrán del fugado que permite gobernar a Pedro Sánchez y un poquito de turismo interior en ese lugar maravilloso que es el Palacio de la Magdalena. Poca sustancia más allá: parafernalia institucional y una foto de familia que, lógicamente, se desvanecerá como lágrimas en la lluvia.
O sea, fuese y no hubo (casi) nada. Toledo-Santander, Santander-Toledo, y Page ya de vuelta en el Palacio de Fuensalida, que se está muy calentito y hay turrón por Navidad. Por el camino, cuarto y mitad de charleta con el Rey Felipe, que esta semana entrante vuelve a Castilla-La Mancha, y escasos diez minutos de discurso para hablar de no sé cuántos asuntos importantes que ni siquiera nadie se había currado previamente en la Moncloa, como lamentó el propio presidente de Castilla-La Mancha, un poco avergonzado.
Sánchez buscaba la foto de la España autonómica para ir vendiendo humo por ahí, que es de lo que vive la mosqueta, y, una vez la tuvo, ya empezó a aburrirse el presidente del Gobierno, que escuchó con desgana e impaciencia los diez minutitos hipercríticos de Page y quiso pararle en seco “para que acabase cuanto antes”: con tan poco fortuna que el castellano-manchego se revolvió contra las prisas (con improvisada y grande agilidad, todo hay que decirlo) y le pegó un manotazo a Sánchez que oyeron en toda Cantabria: “Ya lo sé, presidente, pero si prorrateo los temas por los tres años que lleva esta Conferencia sin convocarse…”.
Toma, Moreno. Tres años de novillos sanchistas afeados en vivo y en directo. Cuentan desde dentro, y el propio entorno de Page se encargó de airear el zasca a tutiplén, que las risotadas de todos los presentes, mayoritariamente barones del PP, retumbaron como un alarido en Ferraz y la Moncloa, y a Sánchez debió ponérsele el gesto habitual que le maquilla tan chupiguay el rostro de cemento armado. Otro ladrillo en el muro de la sideral distancia y la incomprensión que divide los corazones de Page y Sánchez, y viceversa. Se adoran.
Así que me malicio que este significativo chascarrillo, alta tensión entre dos líderes socialistas que no pueden ni verse, fue la única noticia de verdad de una cumbre autonómica que, en realidad, brilló como una estrella fugaz, gaseosa y efervescente. Otro día más de éxito de Page en los telediarios. Y otro día España bajo el régimen. No me extraña que el bueno de Paco Núñez pida, el hombre, elecciones generales, un acontecimiento ritual que debe preocuparle mucho al jefe supremo del sanchismo, tanto como las lanzadas del propio Page al día siguiente ya cicatrizadas.
Total, que cambio de tercio y voy con tres felicitaciones que se me están acumulando estos días. Las tres tan maravillosamente toledanas. Una: a la fotógrafa talaverano-argentina Valeria Cassina, que se va con la selección nacional a representar a España a la Copa del Mundo de Fotografía 2025 y vuelve a consolidarse como una de las mejores profesionales de la imagen, después de tantos premios de prestigio por medio universo. Este periódico ha publicado las tres fotos que lleva al Mundial y son espectaculares e impactantes, como no podía ser de otra manera. La mejor suerte para esta nueva aventura.
Dos. A ese toledano incomparable que es Eduardo Sánchez Butragueño, que está que se sale y ha vuelto a hacerlo: publica “Toledo Olvidado 6”, el último fotolibro de su exitosa y fantástica saga editorial con 340 fotografías de la historia toledana, de la que es un enamorado y el fan número 1. Sánchez Butragueño es un tipo maravilloso en lo suyo y tenerle es una gran suerte para Toledo. La presentación del libro el otro día fue lo más, como se ha visto en este periódico gracias al objetivo, siempre atento, de Javier Longobardo. El éxito lo lleva Eduardo ya de serie.
Y tres. A la leyenda del kárate mundial, campeona olímpica y talaverana universal Sandra Sánchez, que siempre está de actualidad y anda en los mejores saraos de la vida, y con la que El Español acaba de publicar una entrevista de primerísimo nivel y convertida ya en un mito. Vive un “periodo apasionante” de su vida, como ella misma explica, y se merece todo lo bueno que le llegue por delante. Sandra, te queremos. A rabiar.