Emiliano García-Page, en una imagen de la Conferencia de Presidentes de Santander el pasado mes de diciembre.l

Emiliano García-Page, en una imagen de la Conferencia de Presidentes de Santander el pasado mes de diciembre.l

Opinión LAS CARGA EL DIABLO

El paseo militar de Page que Sánchez no podrá evitar en su proceso de liquidación del PSOE verdadero

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Lo que le vuelve más desafiante a Emiliano García-Page, y le hace un poco más libre y más locuaz frente al sanchismo, es que ya tiene la carrera hecha y está medio de vuelta del camino, sin miedos ni preocupaciones en exceso. Ese estatus abre mucho las expectativas y, siempre dentro de un orden, dispara las ganas de enzarzarse en las batallas que lleva uno en su conciencia y por las que merece la pena luchar. Los horizontes cambian cuando se empiezan a romper los atadijos que encadenaban el pasado y creo recordar que hace poco el propio Page reconoció que, políticamente hablando, tiene más pasado que futuro.

Lo dijo él, así que, cálculos políticos aparte, que todavía serán muchos y variados en un líder tan astuto, está claro que Page también tiene su corazoncito y es lógico que se revuelva de indignación y malestar frente a un político tan obviamente codicioso del poder como Pedro Sánchez, tan carente de escrúpulos que ha hecho de la discordia nacional el eje principal de su programa de gobierno. Parece claro que Page no soporta el régimen que ha abducido a su partido, con metástasis en la Moncloa, y estalla cada día contra una sangría cívica y un culto autocrático que han dividido trágicamente a España en dos.

Otra cosa es que, como reprocha insistentemente Paco Núñez, el líder de la oposición en Castilla-La Mancha, ni Page ni nadie en el PSOE regional sean capaces de pasar de las palabras a los hechos y toda esa indignación antisanchista se disipe invariablemente en una colección cada vez más amplia de fuegos artificiales que no terminan en ninguna parte, diluidos en la espuma de los días y los minutitos de gloria en los telediarios. Podemos comprender ambas posiciones, a Page sin dar una estacada que sea definitiva y a Núñez reprochando esa indigencia, pero al menos el presidente de Castilla-La Mancha tiene el mérito de montar una guerrilla en solitario y mantener ese hilillo de vida en un PSOE que está siendo política y moralmente finiquitado.

De hecho, es posible que Page termine siendo el último llanero solitario de los socialistas en este proceso de transmutación universal hacia el sanchismo que se está culminando estos días en las baronías autonómicas y sus alrededores. Todos sanchistas en tropel y voto de obediencia. A Sánchez le hubiera encantado merendarse a Page como está haciendo con todos los demás, y colocar a un peoncito cualquiera en Toledo, a mayor gloria del régimen, pero de momento ese pedrusco seguirá en el zapato de Ferraz por algún tiempo y el congreso regional de los socialistas castellano-manchegos, los días 18 y 19 de enero, va a ser casi un paseo militar para el presidente de Castilla-La Mancha.

Eso significa que Page será feliz y el socialista más popular de España, como ya anuncian las encuestas, aunque es una hipótesis todavía por demostrar que eso sirva para algo a España y al PSOE. Sánchez sigue siendo Sánchez y nadie se mueve un milímetro. Así que los españoles, al despertar, siguen comprobando que el dinosaurio sigue ahí. Y más orondo cada día.