La madurez de Cervantes
Tras La juventud de Cervantes.(1545-1580), encara José Manuel Lucía Megías, esta segunda parte de la vida del autor del Quijote, a la que seguirá una tercera que comprenderá los últimos años de su existencia. Son unos años de los que tenemos noticia a través del más numeroso conjunto de documentos conservado, debidos a sus actividades como comisario real de abastos y recaudador de impuestos. Documentos que, día a día se van agregando a los ya existentes, provenientes principalmente de los fondos archivos municipales andaluces de los lugares en los que ejerció sus funciones. Ese es el caso de los últimos hallazgos publicados desde 2014 por José Cabello Núñez procedentes del Archivo Municipal de Puebla de Cazalla, a los que sin duda se agregarán otros. Claro, que la concentración de documentos referidos a este periodo, que sin duda tienen un gran interés para conocer muchos detalles de cómo se desarrollaron estas actividades de Cervantes al servicio de la Administración Real, no quiere decir que nos ayuden a entender mejor al hombre y al escritor debido al carácter de estos documentos. Sin duda, es este periodo de su vida el que con diferencia está mejor documentado, pero también es verdad, que a uno, tras la lectura le queda la sensación de que toda la masa de papeles que se añade a Cervantes en este periodo poco añaden a la comprensión de su personalidad como escritor.
Divide el biógrafo este periodo de madurez que va desde su vuelta a Madrid hasta las vísperas de la publicación del Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha en tres grandes apartados o laberintos con los que relaciona la existencia de Miguel de Cervantes: la Corte, las letras y las cuentas reales. En ellos se describe y contextualiza minuciosamente lo que debió ser la existencia del escritor los tres ámbitos en los que discurrieron estos años en un intento de arrancarla del conjunto de tópicos que durante siglos han pesado sobre ella.
El laberinto de la Corte es el ámbito en el que el soldado veterano y cautivo intenta conseguir su paso a Indias con algún cargo que le solucione la existencia, pero también es el lugar en el que intenta, mediante el prestigio que la escritura le da, una posición en los círculos políticos. También es el lugar en el que un Miguel de Cervantes que como bien se recalca, escribió toda su vida, intenta culminar su carrera literaria siguiendo las corrientes de la época, con su novela de pastores, La Galatea, su participación en el Romancero Nuevo o con sus obras dramáticas en los incipientes corrales de comedias madrileños. Su paso y andanzas por ese laberinto literario y cortesano, que tantas veces se ha descuidado por sus biógrafos, es narrado con un despliegue de erudición al que pocas pegas hay que poner.
Como ya ocurriese en la primera parte de esta biografía, el despliegue gráfico y la reproducción, al menos en parte de muchos de los documentos citados, añaden valor a esta obra que tiene ante todo el mérito de poner al día la montaña de documentación cervantina. Sin duda, como ya apuntaba la primera parte, será una obra de referencia para los próximos años imprescindible para cervantistas y aficionados de toda condición.
José Manuel Lucía Megías. La madurez de Cervantes. Una vida en la corte.(1580-1604). Editorial Edaf, 2016. 398 páginas. 24€.