El capítulo más oscuro de la vida de César González Ruano
César González Ruano (Madrid, 1903-1965) tituló a sus memorias, por muchas razones que cualquier lector atento descubre en ellas, “Mi medio siglo se confiesa a medias (1951)”. En realidad, con ese título, lo único que corrobora es lo que todo el mundo hace cuando escribe sus memorias y, en esto, todos los teóricos del género están de acuerdo. Ahora bien, si uno quiere mentir, también miente cuando escribe un diario, y ahí está el paradigma del género, sincero hasta la crueldad contra sí mismo y los suyos, que es Paul Leautaud y su Journal Litteraire, anotando el 23 de diciembre de 1933, que Anne Marie Cayssac “Le Fleau”, su “cherie amie” desde hacía más de veinte años, se inventaba su relación con Marie Dormoy, la mujer que sería decisiva para la publicación de los diecinueve tomos de su célebre journal: “Invención que M.D. es mi amante, sin conocer nada de ella. Inventa que unas de mis últimas “gazzettes” (columna en el Mercure) contiene pasajes sobre ella (el “Azote”) y sobre “la otra”. Es lamentable.” A la vez, como ocurría en la familia Tolstoi, en la que todos escribían diarios, y el patriarca uno para que su mujer lo viera y otro para sí mismo, Leautaud, escribía su “Journal particulaire”.
El ocho de octubre de 1940, César González Ruano, corresponsal de prensa en Berlín, CGR en la narración de José Carlos Llop, llega a París, “con permiso de ida y vuelta que pedí en el ministerio, donde no dije la verdad de mis propósitos”. Es el París ocupado por los nazis donde CGR ha dejado de escribir, se deja la barba y “habiendo cortado de raíz toda comunicación con los periódicos españoles, único ingreso antes y después habitual de mi existencia, empecé a ganar dinero, sino a espuertas, sí con mucha facilidad y suficiente abundancia como para comprar joyas de valor y ahorrar, sin serio propósito ni mucho menos unos doce mil dólares que tuve en billetes americanos” (página 39).
Ese es uno de los apuntes que deja de su medio de vida hasta que el 10 de junio de 1942 es detenido por la policía alemana. “CGR lleva en ese momento en el bolsillo doce mil dólares, un pasaporte de un país hispanoamericano con el espacio reservado a su titular en blanco y un brillante de nueve quilates”. Y llevado a la prisión de Cherche-Midi. De allí saldrá, setenta y dos días después, con el poema La balada de Cherche-Midi, y el brillante que había logrado escamotear a los registros. De toda su experiencia parisina, la novela, Manuel de Montparnasse y unas pocas páginas en sus memorias a medias. Con todo ello José Carlos Llop extrae todo el jugo que en el año 2007 honestamente era posible extraer.
Y es que tras este “relato de no ficción” titulado París: suite 1940 en el que José Carlos Llop reconstruía ese periodo de la vida de CGR, en el 2014, a base de los testimonios literarios propios y ajenos, Rosa Sala Rose y Placid García Plana, publicaban en Anagrama, El marqués y la svástica. César González Ruano y los judíos en el París ocupado que comentaremos aquí mismo.
José Carlos Llop. París: suite 1940. RBA Editores, 2007. 158 páginas. 14€ en librerías en Internet.