La investigación casi definitiva sobre González-Ruano en el París ocupado
Tras la lectura del libro de José Carlos Llop París: suite 1940, publicado en el año 2007, en el que el autor reconstruía la vida de César González-Ruano en el París ocupado por los nazis a partir de los testimonios propios y ajenos existentes, ya anunciaba que leería el libro de Rosa Sala Rose y Placid García-Planas, publicado siete años después. Mientras el primer libro se puede encuadrar en ese nuevo género denominado “novela de no ficción”, porque a partir de una realidad constatada se intentan rellenar los huecos y el comportamiento de los personajes con una reconstrucción al uso de lo que hasta ahora se había llamado novela histórica, el libro que hoy comentamos es una investigación que aborda el mismo tema, desde los métodos del gran reportaje periodístico, el ensayo y la narración histórica más tradicional. Aquí las fuentes literarias, ya utilizadas con brillantez por Llop, se completan y complementan con el reguero de documentos que dejaron tras de sí unas administraciones tan fuertemente burocratizadas como las de la Alemania nazi y la Italia de Mussolini.
Como era natural, el principal objetivo de los autores era conseguir la documentación generada por la detención de César González-Ruano el 10 de junio de 1942 y que le mantendría recluido durante setenta y ocho días en la prisión de Cherche Midi. Un objetivo que habría aclarado definitivamente los cargos contra él. A pesar de las muchas gestiones e investigaciones en todos los archivos, franceses, españoles y alemanes, esos papeles no han aparecido. Quizá algún día alguien, si es que no desaparecieron en alguno de los avatares que documentos de este tipo sufrieron, sobre todo a partir de junio de 1944 y la definitiva caída de Francia en manos de los aliados meses después.
Sin embargo, los autores han conseguido todo el proceso que a partir de mayo de 1945 con el final de la guerra, se siguió en Francia contra César González-Ruano, a instancias de uno de los presos con que compartió celda. Allí, con todas las reservas que hay que hacer a unos testimonios que se hacen en el contexto de la depuración de responsabilidades durante la ocupación alemana, parecen quedar aclarados, si no todos los hechos, si una buena parte del comportamiento general de CGR aquellos día de París. Esta aportación documental, junto a los informes de los servicios de inteligencia italianos tras su paso por Roma y su significativa oposición a que volviera a Italia tras la experiencia francesa, representan el núcleo fundamental de las nuevas aportaciones a las andanzas del pretendido “Marqués de Cagigal” y “cuñado de Alfonso XIII por la mano izquierda.”
Fuera de la investigación sobre las actividades de CGR en París, la otra parte fundamental de esta investigación está dedicada a las sombras que el “pasar judíos”, utilizando las fronteras comunes del Principado de Andorra con Francia y España, perviven hoy día por el comportamiento de algunos de sus habitantes que hicieron de ello una tarea en la que el altruismo y el negocio se confundieron peligrosamente. Hacia allí, apunta todo, iban dirigidas algunas de las actividades de CGR y hacia allí los autores dirigen sus pesquisas.
Y entre el libro de Llop y el de Rosa Sala y Placid García Planas se cuela también la edición de los diarios de Joan Estelrich, jefe de prensa y propaganda, junto a Antonio Zuloaga, del gobierno de Franco en París y que anota el 3 de diciembre de 1943 lo que podría ser un buen resumen de lo que fue el paso de Ruano por el París ocupado:
“(Juan) Bellveser me cuenta la última fechoría de Ruano. (…) Escribiré algún día el final del proceso de Ruano ante los alemanes: “Entonces usted no ha querido favorecer a los judíos, usted sólo ha querido estafarlos”. “Si”. “Usted no es un agente de los judíos, usted sólo es un sinvergüenza.” “Exacto.” Casi definitivo.
En 2014, poco antes de que el libro saliera a la venta la Fundación Mapfre anunció la eliminación del Premio César González-Ruano de periodismo. Seguro que en los próximos años seguiremos leyendo nuevos descubrimientos sobre CGR y su paso por París.