Arte en Castilla-La Mancha II. Del Renacimiento a la actualidad
Del segundo tomo de esta puesta al día del Arte en Castilla-La Mancha he leído con atención las tres primeras partes dedicadas respectivamente al Arte en el Renacimiento, al cargo de Pedro Miguel Ibáñez Martínez, la dedicada a la revisión de la obra de El Greco, por Miguel Cortés Arrese y la que Fernando González Moreno dedica al Arte Barroco. En los tres casos, cualquiera, que como yo, no haya seguido las muchas publicaciones que se han ido produciendo en los últimos años tendrá la oportunidad de encontrarse con algunas novedades muy significativas y que añaden siempre una nueva perspectiva. Ahí quedan para revisarlas con tiempo las otras tres partes que Adolfo de Mingo Lorente, Silvia García Alcázar y José Rivero Serrano dedican al Arte de la Ilustración, al Arte del siglo XIX, entre la tradicción y la novedad y las Tramas, temas, nombres, tipos y géneros del arte de los siglos XX y XXI, que seguro estarán a la altura de los anteriores.
En lo que atañe al arte del Renacimiento, Miguel Ibáñez Martín propone un repaso a las primeras tendencias italianizantes de la arquitectura en lo que describe como “un panorama dominado por el gótico” en el que la asimilación de la arquitectura renacentista es lento y costoso, para a continuación señalar el camino del Renacimiento que él denomina como ornamentado, al purismo y el triunfo en el último tercio del siglo de los planteamientos de Juan de Herrera y la plena asimilación de las traducciones de los grandes tratados que se habían venido sucediendo a lo largo del siglo.
En lo que atañe a la pintura, la gran figura es Juan de Borgoña que lidera el paso del cuatrocientos al manierismo y Fernando Yáñez de la Almedina y el remate del siglo XVI. El capítulo se completa con un repaso a los grandes maestros de la escultura y la puesta al día de lo que atañe a las artes decorativas.
Miguel Cortés Arrese propone una revisión de la obra del Greco de lo que supuso su propia reinvención como pintor, desde sus comienzos en Creta como pintor de iconos, manierista después, hasta el universo propio creado en su taller de Toledo. Un camino en el que su técnica y su visión pictórica sufrirá una mutación que le convierte en un pintor único. Así su síntesis de lo que serán los años cretenses, su paso por Italia y por fin sus años en Toledo, con unos especiales apartados al Expolio, El entierro del señor de Orgaz, sus retratos y las últimas obras aportan una perspectiva sintética de gran valor para cualquiera que se haya acercado mínimamente a la obra del cretense.
Fernando González Moreno en el capítulo dedicado al Arte Barroco, en el apartado de la arquitectura incide en la pervivencia de los modelos de Herrera y los tratados de arquitectura con la especial influencia de los modelos de Vignola en la edilicia conventual y las figuras de los frailes arquitectos, el carmelita Fray Alberto de la Madre de Dios, los jesuitas, Francisco Bautista y Pedro Sánchez y el agustino recoleto Fray Lorenzo de San Nicolás, el tratadista que mayor incidencia tendría en la construcción religiosa en el siglo. Pero además completa el capítulo con un repaso a “los espacios para la devoción, la muerte, la fiesta y el poder “ y lo que supuso la retablística en su propuesta integradora de arquitectura, escultura y pintura.
Miguel Cortés Arrese (coordinador). Arte en Castilla-La Mancha. II del Renacimiento a la actualidad. Editorial Añil. 2017. 15€.