Carlos V. Salvador de Madariaga.
Ahora que ando enredado en la lectura de las memorias de Salvador de Madariaga (La Coruña, 1886- Muralto, Suiza, 1978) he recuperado de una librería de viejo uno de esos ensayos históricos a los que dedicó la mayor parte de su vida, desde que decidió romper con la carrera de Ingeniero de Minas. A partir de entonces, la diplomacia, la política, la enseñanza y la escritura se convertirían en el centro de su vida. Representante español en Ginebra en la Sociedad de Naciones, Embajador de la República en Washington y París, diputado en las Cortes Constituyentes, ministro de Educación Pública y de Justicia, profesor de Literatura española en Oxford y México, escribió poesía, novela, ensayos y biografías como 'Guía del lector del Quijote', 'Hernán Cortés', 'Bolívar', 'El auge y el ocaso del Imperio español', 'España (Ensayo de historia contemporánea)' y las citadas 'Memorias (1921-1936)'.
Este 'Retrato de Carlos V', que se acompaña de una introducción de Gérard Walter y de las 'Memorias de Carlos V', dictadas por el propio emperador, así como diversos documentos relacionados, es uno de esos trabajos en los que el espíritu humanista y liberal de don Salvador aparece en toda su dimensión. Su Carlos V es un hombre, fiel cristiano, obsesionado por la salvación de sus súbditos y llamado a salvar a la cristiandad ante las amenazas de los enemigos externos e internos, y que siempre pondrá ese ideal por encima de cualquier otro. El otro aspecto que recalca y resalta este ameno retrato es el de su ideal de caballero y una españolidad adquirida al contacto con los reinos peninsulares y que adelanta el modelo cervantino del 'Quijote' que Cervantes propondrá.
Don Salvador conocía el Quijote como pocos y el carácter quijotesco estará siempre presente a la hora de analizar a sus biografiados. Carlos I de España y V de Alemania, a pesar de su nacimiento, del peso de la herencia de sus abuelos, de su educación flamenca, aparece en el retrato como un verdadero Quijote en el que el ideal estará por encima de cualquier otro argumento de conducta. Un idealismo que tuvo en las doctrinas de Erasmo otro de los pilares de su comportamiento, a pesar de la frustración que de ambos caracteres se derivara en la práctica.
Un buen momento para recuperar a uno de esos ensayistas que tanto han influido en la historiografía profesional, a pesar de todos los matices y puntualizaciones que desde ese campo se han hecho a sus obras.
Salvador de Madariaga. Carlos V. Introducción de Gérard Walter. Memorias de Carlos V. Editorial Grijalbo, 1980 (1ª edición, 1969). 266 páginas.