En este repaso a los 'Episodios Nacionales' de don Benito Pérez Galdós, llegamos a la cuarta serie, que cubre el periodo 1847-1868, escrita y publicada entre los años 1901-1906. El episodio que nos ocupa tiene como fondo histórico principal la denominada Guerra del Pacífico, cuyos hechos principales tuvieron lugar en el Perú y Chile entre 1865 y 1866, como el bombardeo del puerto chileno de Valparaiso y el peruano de El Callao por la escuadra española mandada por el almirante don Casto Méndez Núñez.

En esa escuadra estaba la Numancia, una fragata blindada recién construida para la Armada Española en los astilleros de la empresa francesa Forges et Chantiers de la Mediterranée de Tolón. Con casi cien metros de eslora, desplazaba 7.500 toneladas, se movía merced a ocho calderas alimentadas por carbón a una velocidad de 13 millas náuticas y podía también navegar a vela con una superficie de velamen de 1.848 metros. Estaba armada por treinta y cuatro cañones de 20 cm y a proa y a popa tenía dos grandes torres de fuertes macizos de madera blindadas por planchas de hierro. El desplazamiento del buque plenamente cargado de pólvora, carbón para seis meses, así como víveres y proyectiles, alcanzaba las 7.700 toneladas. El total de tripulantes era de 590 hombres.

Es la fragata Numancia, en la que se embarca el principal personaje novelesco, Diego Ansúrez, en busca de su hija Mara, fugada con el peruano Belisario Chacón y en la que regresará, tras dar la vuelta al mundo al cabo de dos años, para encontrarse con una agradable sorpresa a la vuelta a España.

Según nos explica el introductor de esta edición de Clásicos Castalia, Carlos García Barrón, la principal fuente de don Benito fue el libro del teniente de navío Pedro Novo y Colson 'Historia de la guerra del Pacífico', publicado en 1882, y el 'Diario de navegación' del teniente de navío Emilio Pardo de Figueroa, que relata así el estado de la moderna fragata a la vuelta del histórico viaje de circunnavegación que da título al episodio de don Benito:

“Con jarcias y velas francesas había dado la vuelta al mundo. Con los mismos palos, velas y cuerdas con que saliera de Cádiz, regresó a este puerto tras navegar a la vela la mayor parte del Atlántico, del Pacífico y Índico. En las doce mil setecientas veinte leguas recorridas había consumido doce mil seiscientas toneladas de carbón; había disparado novecientas doce balas del calibre sesenta y ocho, más quinientas nueve granadas. Se envió la fragata a Cartagena para que la repararan. Como en otras ocasiones, acordó el gobierno conmemorar el viaje acuñando una medalla de bronce; pero también como en otras ocasiones parecidas, no llegó a acuñarse… por las discusiones entabladas acerca de si el lema debía redactarse en latín o en castellano".

En fin, un curioso y casi olvidado episodio histórico, hoy borrado de los libros de texto de la ESO y el Bachillerato, y que se puede recuperar con la siempre amena lectura que nos ofrece don Benito y el documentado prólogo de esta edición de Clásicos Castalia recuperada de una librería de viejo.

Benito Pérez Galdós. La vuelta al mundo en la Numancia. Edición introducción y notas de Carlos García Barrón. Editorial Castalia, 1992. 306 páginas.