Sin ninguna duda, este es un libro difícil de escribir. Lo de menos, que también, es el cúmulo de información que la autora ha manejado. Lo difícil es hacer de un libro de casi quinientas páginas dedicado al mundo de los libros y que todo parezca fácil, ligero, como si ese montón de erudición, de historias entrelazadas, fuera como un relato de lo más simple. La propia autora reconocía la dificultad de su empeño en las primeras páginas: "Sencillamente no me siento capaz. Todo debería estar ahí –el tono, el sentido del humor, la poesía, el ritmo, las promesas-…".
Y es que lo que se podría haber convertido en un tocho somnífero en el empeño de alguna otra persona, la autora consigue que uno se sienta llevado en volandas por la narración y que esa montaña de datos, de historias, de personajes le acaben envolviendo.
En realidad, el subtítulo que habla de una historia de los libros en el mundo antiguo es mucho más. El pasado, la historia de los libros, es el punto de partida, pero el presente de los libros, del mundo que nos abren, forma parte esencial de todo el relato. Se cuenta la historia de los libros, pero continuamente el viaje no tiene límites en el tiempo. Se habla de manuscritos, de incunables, de libros de la antigüedad, pero también de libros actuales, de historias de siempre, de personas y personajes imprescindibles en el mundo que el libro y el hombre como narrador de historias ha creado y sigue creando. No falta tampoco a lo largo del libro la reflexión íntima del lector y del escritor curado, salvado sujeto a la vida por la literatura, por los libros:
"Los libros nos ayudan a sobrevivir en las grandes catástrofes históricas y en las pequeñas tragedias de nuestra vida. Como escribió Cheever, otro explorador del subsuelo oscuro: No poseemos más conciencia que la literatura… La literatura ha sido la salvación de los condenados, ha inspirado y guiado a los amantes, vencido la desesperación, y tal vez en este caso pueda salvar al mundo".
Y, desde luego, este de Irene Vallejo es uno de esos libros que nos ayudan a llevar la vida, porque uno encuentra siempre algo nuevo, algo que sabía que estaba ahí o que incluso conocía, pero a lo que nunca se había acercado con la mirada que ella nos ha sabido regalar.
Estoy seguro de que ningún amante de la lectura, de los libros, de las historias que se cuentan como un ovillo que se va desenredando sin fin, se sentirá defraudado por una aventura en la que la autora ha sabido convertirse en eso que nos dice en el epílogo:
"De alguna forma misteriosa y espontánea, el amor por los libros forjó una cadena invisible de gente –hombres y mujeres- que, sin conocerse, ha salvado el tesoro de los mejores relatos, sueños y pensamientos a lo largo del tiempo".
Irene Vallejo. El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo. Editorial Siruela, 2019. 472 páginas. 23,70 €. eBook, 11,99.