James Salter. Foto. Dan Addison.

James Salter. Foto. Dan Addison.

La tribuna

Tres conferencias sobre literatura de James Salter

1 octubre, 2022 08:06

A pesar de tener una obra muy corta, apenas un puñado de novelas como Pilotos de caza, Juego y distracción, Años luz y Todo lo que hay, un par de libros de relatos Anochecer, La última noche y el libro de memorias Quemar los días, el prestigio de la obra de James Salter (Nueva York, 1925- Sag Harbor, 2015) no ha hecho otra cosa que crecer y más incluso después de su muerte. Sin ninguna duda es uno de los grandes narradores de nuestro tiempo y por ello no es extraño que se busquen y recuperen sus obras, aunque como esta sea una recopilación de tres conferencias dictadas en la Universidad de Virginia, a los ochenta y nueve años, un año antes de morir, en las que el escritor nos habla de su mundo literario, de sus influencias y de sus autores favoritos...

Sus títulos, El arte de la ficción, Escribir novelas y Convertir la vida en arte, nos dan idea de por dónde van las cosas. Antonio Muñoz Molina señala en el prólogo que fue el profesor Robert Phels quien orientó a James Salter, cuando tenía más de cuarenta años, en el descubrimiento de la literatura universal más allá de sus propias predilecciones y de los hallazgos al azar aprendidos por su cuenta. Recuerda Salter que hasta conocer a Phels “todo lo que yo sabía lo había aprendido por mi cuenta” y que fue él quien le hizo descubrir los cuentos de Isaak Bábel que a partir de entonces tendrían una influencia positiva, superpuesta a autores como Faulkner, Thomas Wolfe, Hemingway y Samuel Bellow.

Bábel, se convertirá en uno de sus escritores favoritos y de él, Salter dice cosas tan jugosas como: “Bábel es un escritor que no interfiere. Se retira a sí mismo en la historia y deja que concluya por sí misma, a veces de una manera abrumadora.” “Bábel es un escritor que no se entromete. Guarda la distancia con el relato y permite que este concluya solo, a menudo de una manera vacilante. Es un hombrecillo con lentes que viaja de corresponsal con el ejercito cosaco y de alguna manera consigue contemplar el caos que se desata a su alrededor con la imperturbabilidad de Dios. Borges dijo que su estilo alcanzaba una gloria que se supone reservada a la poesía y rara vez logra la prosa.” “También es suya la memorable sentencia de que no hay hierro capaz de atravesar el corazón humano con la fuerza de un punto colocado en el lugar preciso”.

En cuanto a los motivos para escribir Salter reconoce: “Bueno, ciertamente por placer, aunque está claro que no es un placer tan grande. En ese caso para complacer a otros. He escrito con eso en mente a veces, pensando en ciertas personas, pero sería más honesto decir que he escrito para que me admiren, para que me quieran, para ser elogiado, reconocido. A fin de cuentas, ésa es la única razón. El resultado apenas tiene nada que ver, Ninguna de esas razones da la fuerza del deseo. Siempre pienso en Paul Léautaud, un viejo crítico teatral, pobre, casi olvidado. Al final, cuando vivía solo con una docena de gatos, escribió: “¡Escribir que cosa maravillosa!”

Concluye Muñoz Molina: “Se distingue a un verdadero maestro en que carece de arrogancia. Muestra la incertidumbre y el deleite de ir aprendiendo, no la soberbia del saber.”

James Salter. El arte de la ficción. Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino. Prólogo de Antonio Muñoz Molina. Editorial Salamandra, 2018. 112 páginas. 14,25€. eBook, 6,65 €.

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