Un sueldo NESPAGE para toda la vida
El denunciante no ha sido un sindicato sospechoso de derechismo. El STAS, es la versión para la Administración General del sindicato del sector de la Enseñanza STES, un sindicato que se ha distinguido por ir más allá de los planteamientos “progresistas, oxidados y olvidados” de CCOO, de donde provienen una buena parte de sus dirigentes, de sus cuadros y de sus afiliados. No son precisamente un sindicato afín a la opción socialdemócrata conservadora que representa hoy el PP de Mariano Rajoy. Incluso buena parte de sus afiliados simpatizan o militan en Podemos, al menos en la Enseñanza. Es el sindicato amigo de Podemos, y por eso la denuncia de la consolidación de grados y niveles de los funcionarios que pasen por la política resulta más que significativa. Algo que ocurre, asimismo, con el documento de disolución del Consejo Ciudadano de Ciudad Real. Un documento que hay que leer en su totalidad para entender lo que, desde su aparición en la escena política expidiendo DNies de demócratas y progresistas, se escondía detrás: Leninismo, puro y duro, camuflado bajo la fórmula, de nueva tecnología en versión 2.0.
Y es que los que hoy se sientan como consejera y vicepresidente en un gobierno presidido por Emiliano García-Page, al que hace sólo unos meses han humillado, traicionado y calificado de mafioso, han tenido buen cuidado y como primera medida de la alianza progreso, asegurar su futuro funcionarial sin ningún tipo de rubor. Han batido el récord de desvergüenza en cuanto a traición a lo que se promete y no se cumple, al ligar la condición de funcionario a los privilegios que solo aquella denostada casta política que tanto aborrecían era capaz de otorgarse a sí misma. Ni más ni menos que el espectáculo, tantas veces visto, de una corporación subiéndose los sueldos mientras restringe el de los que dependen de ella.
Y en esto, el “anticapi” David Llorente, a pesar de su gesto de abstención, no tendrá mucho que decir en un futuro, porque simplemente ha tragado por lo que el STAS ha calificado como el “sueldo para toda la vida de NESPAGE” y que supone una absoluta contradicción con el discurso de los privilegios, la casta y el bla,bla, bla sobre el que han sostenido su ascenso en la vida política española y que empieza a caer por su propio peso sobre ellos mismos, anticapis incluidos.
Ahora los universitarios españoles no dirán quiero ser funcionario, sino quiero ser funcionario en servicios especiales como García Molina y la consejera sin Consejería. En dos años Llorente al paro; Molina y Herranz nivel treinta. Vengan días y caigan ollas.