El experimento sin gaseosa del Pagepodemos
El experimento de la alianza de la izquierda en el laboratorio de CLM ha comenzado con el gatillazo del NESPAGE. Los sindicatos y la prensa nacional dictaron sentencia por unanimidad y Page y García Molina no han tenido otra que guardar las retortas y los matraces para mejor ocasión y cargar para los restos con su carta de presentación como pareja de hecho y el dicho aquel de “solo aciertan cuando rectifican”. Me temo que, a pesar de las reticencias de García-Page para aceptar la evidencia de que lo suyo es un experimento de cara a las futuras alianzas de Pedro y Pablo no conseguirá tampoco convencer de lo contrario nada más que a los que por principio están siempre convencidos.
En cuanto a todas las paradojas y contradicciones que desde que se supo la buena nueva del pacto se han puesto de manifiesto, como que sea un destacado susanista, que incluso se mostraba dispuesto a abandonar si Pedro Sánchez ganaba las primarias, el primero en inaugurar la nueva era de Acuario y del buen rollito, me temo que tampoco conseguirá convencer a los que se han echado las manos a la cabeza a la vista de la coherencia demostrada, que lo suyo no es simplemente es una cuestión de supervivencia. Y eso que hubo un momento, precisamente cuando en las puertas de Ferraz dejó caer las dudas sobre su futuro, que más de uno estuvo dispuesto a comprarle una mercancía que en pocos días se demostró averiada. García-Page, después de los sucesos internos de los últimos meses, sólo dejará el control del PSOE en CLM cuando alguien sea capaz desde dentro de su partido de levantarle del asiento. Algo que a día de hoy y con los posibles adversarios dispuestos que hemos conocido hasta ahora está todavía muy lejos de suceder. Mientras tanto, se ponga todo lo estupendo que quiera el aliado Molina III, García-Page no moverá un dedo para hacer ninguna otra cosa que no tuviera previsto cuando le sorprendió la votación en contra de la ley de Presupuestos para 2017.
Emiliano García-Page es de los dirigentes del PSOE que tienen claro que su adversario es el PP, pero su verdadero enemigo, aunque ahora sea su aliado, es Podemos. Sabe que en estos momentos no le queda otra que tragar y dejar que el tiempo pase mientras controla el partido y sigue controlando el Diario Oficial desde el palacio de Fuensalida. Su margen de maniobra para presentarse como un moderado se ha achicado notablemente, pero en cuanto asegure los presupuestos de 2018, tendrá las manos libres y esta vez no esperará a que unos aficionados a Juego de Tronos le vuelvan a repetir, y ya sería por tercera vez, la jugada. Intentará tener al menos ocho meses de manos libres (agosto del año que viene) y entonces será su oportunidad para demostrar si de verdad o no tiene talento y olfato político. Y nosotros que lo veamos.