Entre El Bonillo y Gerona
En esta encrucijada de España, marcada por lo que ocurre en Cataluña, el PSOE, como de costumbre, y de Gata a Finisterre, anda entre El Bonillo y Gerona. Entre Juan Gil Gutiérrez, alcalde de El Bonillo, desplazado como observador internacional a las elecciones municipales de la Venezuela de Nicolás Maduro, y, los cuatro concejales de la sucursal catalana del partido en Gerona, que han votado a favor de cambiar el nombre de su plaza de la Constitución por el del “uno de octubre”; eso sí, después de advertir que se añadiera “del año 2017” para no hacer un homenaje póstumo al “Día del Caudillo” de la Enciclopedia Álvarez.
Tras Zapatero y el advenimiento de Podemos no hay manera de que el partido que fuera referencia de la izquierda hasta anteayer enderece el rumbo. Lo mismo le salen unos concejales que votan a favor del referéndum catalán y en contra de la aplicación de la constitución y la ley, que se le larga un alcalde de pueblo para otorgar el certificado de legitimidad democrática a un dictador bananero bajo el paraguas del pomposo título de “Acompañamiento internacional” que Juan Gil Gutiérrez lucía en el chaleco del uniforme chavista. El partido se ha instalado en el estatuto de la ambigüedad y en la ley de la conveniencia y no es extraño que los militantes dedicados a la política municipal copien el modelo. Trabajar en la dirección del jefe Sánchez es votar un día a favor de la Constitución y al día siguiente hacerlo a favor de demolerla de la mano de Podemos. Lo mismo me da Juana que su hermana. Y si hay alguna duda, ahí está Iceta y su propuesta de indulto para los últimos golpistas.
En cuanto a las labores de “acompañamiento internacional” desarrolladas por el compañero alcalde, y en las que llegó a calificar al régimen de Maduro como “sumamente avanzado” y “garantista”, Fernando Mora, que ha vuelto con fuerza tras su efímera desaparición en la primera parte de la legislatura, sólo se ha atrevido a decir que no ha sido “ni oportuna, ni acertada”, pero al menos ha dicho algo. De los de Gerona y su plaza de Puigdemont, ni en el PSC de Iceta, por supuesto, ni en el PSOE de Sánchez, se han dado por enterados.
Claro, que lo de no enterarse, o no querer hacerlo, es algo que se empieza a practicar en ese partido como costumbre arraigada. Y si no, ahí está el desplante del presidente García-Page y toda la cúpula regional, a la Ejecutiva federal del partido reunida en Daimiel hace unos pocos días y a la que se ignoró absolutamente. ¿Pedro Sánchez en Daimiel? ¿Quién es Pedro Sánchez?
Silvia Paneque, concejala de Gerona, y Gil Gutiérrez, alcalde de El Bonillo, algo más que un síntoma de por dónde anda hoy la PSOE de Iceta, Sánchez y Page.