Buenos Humos

Depredadores de montes

2 noviembre, 2018 00:00

En El Real de San Vicente han dado la voz de alarma sobre los robos a gran escala de castañas de sus montes. En El Real, como en los demás municipios de la Sierra de San Vicente, es algo que viene sucediendo desde hace años no solo con las castañas sino también con los níscalos y toda clase de setas propias de esta zona. 

Hay que decir que, sobre todo, en El Real la mayoría de los castaños están en parcelas de propiedad privada pertenecientes a pequeños propietarios que tienen en este producto un complemento significativo para completar las cuentas anuales. Otra parte de ellos pertenecen a los montes comunales de los ayuntamientos, y ya se sabe aquello de que lo que es de todos no es de nadie, que decía una ministra. En el caso de Hinojosa de San Vicente, hace años que el Ayuntamiento tomó la decisión de acotar con alambradas algunas de estas zonas para evitar un expolio que parecía natural a los visitantes de la sierra.

La existencia de una cooperativa en El Real de San Vicente revitalizó el sector y animó a muchos de los propietarios a mejorar los castaños silvestres con injertos de variedades que por estas fechas tienen un cierto tirón, aunque limitado en los mercados. Hoy día, hablar de arboricultura en El Piélago con respecto a los castaños no es ninguna exageración, porque los propietarios han invertido dinero, tiempo y trabajo y cada año abordan la cosecha como una renta más sin la cual es difícil mantenerse en una zona rural.

Lo que ocurre desde hace años con las castañas es que cuadrillas organizadas de verdaderos bandoleros asaltan las fincas por las noches, cortan alambradas, saquean y destrozan árboles y parcelas, con la consiguiente frustración de los propietarios. Algo parecido pasa en la época de recogida de níscalos, cuando desembarcan en la zona bandas de buscadores, revuelven los pinares, invaden propiedades privadas y comunales y dejan en los montes las huellas de una verdadera depredación.

En la mayoría de los municipios de la Sierra de Gredos es necesario pagar una pequeña cantidad para poder recoger cualquier tipo de setas, se regulan los cupos y se controla por parte de los agentes medioambientales cualquier actividad que se salga del mero disfrute de las rutas y el paisaje. En El Piélago esa regulación no existe y, quizás, los municipios deberían empezar a imponerla a aquellos visitantes que no se conforman con pasear por sus caminos.

Claro, que lo de las castañas es otra cosa, es puro robo, por mucho que tradicionalmente, y el alcalde de El Real lo decía, a cualquier propietario no le importe regalar un par de kilos a cualquier excursionista que se lo pida. De la Sierra de San Vicente desaparecen cada año muchos miles de kilos de castañas y eso no hay propietario que lo soporte. Lo de las bandas con furgonetas es pura depredación, puro robo y pura delincuencia organizada.