Estoy seguro de que el centenario de la muerte de don Benito Pérez Galdós será celebrado en Toledo como merece. Las cuatro ciudades galdosianas por excelencia son Las Palmas, por su nacimiento, junto a las de Madrid, Toledo y Santander, por su propia elección.
Dice Pedro-Ortiz Armengol, en su prólogo a 'Vida de Galdós', que don Miguel de Unamunomanifestóen 1929 la intención de escribir una biografía que, con “personalidades tan distintas como Galdós y Unamuno hubieran supuesto un retrato apasionante y singular en el que la del biógrafo hubiera estado fuertemente presente”, para lamentarse a continuación de “que aquella intención no llegara a tomar cuerpo".
Pero si es una pena para todos que don Miguel de Unamuno no escribiera esa biografía, todavía lo es más que don Gregorio Marañón y Posadillo tampoco lo hiciera, porque, sin duda, era la persona “más preparada para hacerlo, por su pleno conocimiento del novelista, su larga relación con la intimidad de don Benito y por la altura de lo que el gran médico y escritor hubiera podido decir, de lo que es prueba su breve 'Galdós en Toledo', incluido en su libro 'Elogio y nostalgia de la imperial ciudad'. En ese libro, que siempre lee uno con la sensación que dejan las buenas obras de querer saber más del tema, aparece un Galdósúnico, acompañado de su inseparable sobrino José Hurtado de Mendoza, con Toledo como fondo.
La de don Gregorio Marañón también habría sido una biografía única. Allí, aparte de los lugares, los amigos y las aficiones toledanas de don Benito, se nos recuerda que durante toda su vida iba varias veces al año a Toledo, así el 19 de marzo para celebrar la fiesta de su sobrino, don Pepino, que enlazaba con la fiesta de San Benito, tres días después, y luego “la Semana Santa; la fiesta de la Virgen del Valle, el primero de mayo, el día del Corpus y el de la Virgen del Sagrario…”.
De la mayoría es conocido que novelas como 'El audaz', o la que es la gran novela toledana, 'Ángel Guerra', junto a algunos de los episodios de la segunda serie, tienen a Toledo como escenario, pero menos conocida es su primera publicación sobre la ciudad en la 'Revista de España' en 1870, con una serie de artículos que se convertirían en una guía de la ciudad y que lleva por título 'Las generaciones artísticas de la ciudad de Toledo'. Sería un buen momento para reeditar en este año.
En fin, pero lo que importa en estas celebraciones es que se vuelva a leer a don Benito, si es que alguna vez se ha dejado de leer, y uno, por su parte, ya se ha puesto a la faena con esos dos libros que pueden ser un buen comienzo del año Galdós. Que así sea. Amén.