De la evaporación de Podemos al charco que pisa Vox
Emiliano García-Page estuvo la noche del lunes en la Trece, una televisión por la que pocos políticos de izquierda se atreven a pasar. Lo más jugoso que dejó fue su deseo de ver a Podemos, “fuera del Gobierno y evaporado”, una forma de reivindicar el método propio de evaporación que llevó a cabo con todo éxito en Castilla-La Mancha y una manera de afirmar su discurso y su camino dentro del PSOE. Emiliano les metió en el Gobierno y les dejó que la incompetencia y lo mullido de la moqueta hiciera el resto. Pedro Sánchez, pese a quien pese, ha seguido la lección del presidente castellano-manchego. La única diferencia es que además de colocarles les ha robado el discurso y el relato. El PSOE de Sánchez está podemizado hasta las cachas y cualquier iniciativa que viene del matrimonio Iglesias-Monteroqueda amortizada en pocas horas y reducida a humo. En política nunca se puede decir lo que ocurrirá de un día a otro, pero todo apunta a que la evaporación se producirá en cuanto haya nuevas elecciones por muchos esfuerzos con los que los podemitas intenten diferenciarse y librarse del abrazo del oso.
Es lo que tienen los populismos, sean de izquierda o derecha. De pronto aparece la realidad y, con ella mediante, no se puede contentar a todos, como pretendía aquel Alejandro Lerroux que pasó de recomendar la violación de novicias a pedir su voto, y que Josep Pla describía con la pinta “del papá de las niñas cachondas que vienen de la verbena de San Juan”.
Y es que ahora Vox se descuelga en el Congreso de los Diputados con la resurrección de los trasvases a Levante desde el Tajo medio como solución a las demandas de agua de Murcia, donde -¡oh casualidad!- se encuentra uno de sus caladeros de votos más importantes, y donde los de Vox hacen las cuentas del Gran Capitán con una tubería de cuatrocientos cincuenta kilómetros que trasvasaría doscientos cincuenta hectómetros cúbicos extra al año y que mantendría los precios por metro cúbico que pagan los regantes murcianos a precios actuales. Otra cosa es como lo explicarán en la región y como redondearán las cuentas que les hacen el Sindicato Central de Regantes del Tajo-Segura.
Claro, que la solución es fácil, mayoría absoluta para Vox y fuera autonomías, políticos inútiles y parlamentos regionales a los que no acuden ni Page ni Núñez, Plan Hidrológico Nacional por decreto ley y mucha España, mucha bandera y mucho himno. Todo solucionado. Sólo es cuestión de lógica y mucha demagogia. Otros que necesitan una evaporación urgente.