Visitar al Papa para hablar de tanques
Se cuenta -porque como casi todas las frases célebres de Stalin hay que ponerlas en cuarentena, debido al celo que sus cómplices en genocidios más cercanos siempre pusieron en preservar el misterio de su dios- que cuando alguien dijo que el papa Pío XII había pretendido que su voz se escuchara en plena II Guerra Mundial, preguntó retóricamente: ¿Y ese, cuantas divisiones blindadas aporta? Por eso es lógico y natural que los herederos de tan siniestro personaje sigan la senda del maestro y le honren perpetuando en nuestra memoria su dudoso sentido del humor, aunque sea en el ámbito casero y municipal.
Un concejal del Ayuntamiento Toledo, cuyo nombre uno ha olvidado y como decía Umbral no me voy ahora a levantar a consultarlo, se ha manifestado en estos días en la más pura línea de la escuela del humor estalinista, y ha salido con una de esas frases que hablan muy bien en su favor, y supongo que también ante su parroquia, de la aplicación que pone en adaptar el discurso del padrecito a la dialéctica de los tiempos, según la mejor escuela del materialismo dialéctico, que es algo que siempre queda bien entre camaradas y colegas. Algo que mezclado con unas gotas de anticlericalismo de La traca, le da un aire de comecuras que seguro le reportará buenos dividendos en las próximas elecciones municipales.
Ante la visita del presidente del gobierno de Castilla-La Mancha y la alcaldesa de Toledo, “al jefe de ese Estado Medieval que son los Estados Pontificios”, el señor concejal se ha puesto en modo humor georgiano, y muy seriamente ha expresado sus esperanzas en que doña Milagros Tolón y don Emiliano García-Page “exigieran al papa que la Iglesia pague el IBI”. En fin, uno de esos finos rasgos de humor que de cuando en cuando arrebataban al maestro de genocidas en aquellas veladas de vodka abundante, con las que cuadrilla de asesinos sin escrúpulos, pasaban el trago de la liquidación de sus propios camaradas, de millones de ucranianos, de kulaks, o de quien se interpusiera en el camino de su propia salvación.
¡Qué gracioso, camarada! Eso, eso, que el papa pague el IBI de la catedral, de la ermita del Valle y de todos los conventos al Ayuntamiento de Toledo y que la Tolón y el Page a la única procesión que vayan sea a la laica de los sindicatos del 1 de mayo y montados en un burro haciendo pareja con Fermín Bohórquez. ¿Se puede ir a Roma a hablar con el papa y no preguntarle cuántos tanques tiene? ¡Pero en manos de quién estamos! ¡Qué golpe, camaradas! Es que me troncho, tío.