En el PSOE están muy preocupados por el PP, y a uno le parece que es algo así como decir que los madridistas estamos muy preocupados porque el Barcelona o el Atleti no entren el año que viene en la Liga de Campeones. Les preocupa a los socialistas que el PP tenga que pactar con Vox, porque dicen que eso hará un daño irremediable a la democracia y acabará con el PP. ¡Qué generosos! Una de tres: o de verdad están en un sinvivir por la suerte electoral del PP y la derecha; o mienten, y se han vuelto los putos amos de la ironía, o han arrinconado definitivamente aquel consejo estratégico que dice que cuando el adversario se equivoca no conviene distraerlo.
Han puesto tal empeño en su caritativa preocupación por el bien del PP de Casado, que han conseguido que se olvide el batacazo que ellos mismos se han dado en Castilla y León acompañados de sus socios, a los que algunos ya denominan como Pudimos. Aunque lo que es más grave es que desde el PP se contribuya en el esfuerzo con no menor entusiasmo en remar en la misma dirección que el que ponen los que tan generosamente les asesoran.
En nuestra región esa labor de asesores externos a la derecha la realizan con el máximo aprovechamiento una segunda fila de gente del partido y del gobierno como Fernando Mora o los hermanos Gutiérrez. Emiliano García-Page escasamente aparece en esas funciones, quizás porque lo suyo es pescar en unos caladeros de votos en los cuales ese discurso puede parecer ofensivo, irritante y condescendiente, una imagen de la que huye desde hace años desde su posición de presidente de todos.
Y es que, al votante de la derecha le cabrea el cachondeo que se traen a costa del sentido de su voto desde la izquierda, como al culé o al colchonero le toca los cataplines cada vez que un merengue aconseja a los unos sobre la solución a los males del Barça o el Atleti.
Pocos son los ingenuos que creen en la generosidad del adversario volcado en orientar el rumbo perdido de la nave propia y, muchos menos los que piensan que esos consejos gratuitos son la fórmula del éxito. Si el consejo gratuito de los desprendidos asesores externos es que pactar con Vox será nocivo para el PP y para la democracia, hay que sospechar de la bondad del regalo y de la carga de ironía, sarcasmo y cachondeo que oculta. En casita y sin ayuda de nadie, ya se las arreglan solitos para arrearse la badana como dios manda. No sufran por ellos, compañeros del PSOE, saben de sobra y por experiencia cómo volcar el guango y están muy entrenados.