Alberto Morlanes, el director de este papel digital, nos ha informado del repaso de lindes que el Instituto Geográfico Nacional acaba de hacer a trece municipios de Castilla-La Mancha a lo largo de este 2023 que ha acabado y en el que han participado catorce ingenieros que han puesto las cosas en su sitio.

Cada municipio quiere tener claros los límites territoriales de su jurisdicción y desde el nacimiento de los pueblos el amojonamiento del término municipal ha sido una preocupación fundamental para los regidores de los concejos.

Muchas veces los amojonamientos o establecimientos de hitos claros y precisos a los límites municipales se prestaban a confusiones y disputas, ya que no era raro que pueblos vecinos recurrieran a mover los mojones que marcaban las lindes donde unos y otros ejercían sus respectivas jurisdicciones. Raro es el archivo municipal que no contenga documentación sobre pleitos que se alargaban a veces durante siglos.

Esos documentos son una fuente rica para geógrafos y amantes de la toponimia antigua y, desde luego, muchas veces han sido y siguen siendo la fuente de derecho cuando surge algún conflicto de este tipo entre vecinos.

Lo de mover los mojones no sólo se da y se daba entre propietarios particulares, sino que a veces la documentación histórica nos cuenta como los concejos mandaban mover mojones o restituir según su criterio particular los hitos movidos. Ahora, las nuevas tecnologías como el GPS ponen las cosas en su sitio y sin posibilidad de duda, y eso es lo que han hecho los técnicos del IGN con sesenta y siete líneas afectadas, quinientos dos kilómetros de linderos municipales y novecientos cuarenta y dos mojones de estos trece municipios de las provincias de Toledo, Cuenca y Albacete, pertenecientes en su mayoría a La Mancha y La Manchuela. Algo lógico dadas las características topográficas de esas comarcas, en las que los hitos naturales no abundan o pueden ser confundidos y difuminados por una mirada no demasiado rigurosa, algo que casi siempre ocurre cuando se trata de tirar las lindes y trazar los límites con el vecino.

Yo quiero ser optimista y espero que esos límites establecidos a base de GPS por los técnicos del IGN sean admitidos por todos los municipios afectados negativamente, porque siempre que se mueve un lindero hay uno que pierde y otro que gana, aunque me temo que los recursos ante las autoridades competentes están servidos. La Historia nos dice que ningún pueblo afectado negativamente por el replanteo de lindes se va a resignar a que nadie le toque sus santos mojones.