Capilla Sixtina CAPILLA SIXTINA

Política que no es política

9 mayo, 2017 00:00

Seguramente estamos asistiendo a unas formas de hacer política que en nada se parecen a la política. Y si no se parecen, lo más probable es que no lo sean. Que puedan ser agitación, propaganda, espectáculo, esnobismo, confusión, jaleo, reforzamiento del liderazgo o como quieran llamarlo. Y es que si existe algún invento de la humanidad, viejo y antiguo, experimentado, comprobado y contrastado a lo largo del tiempo, ese es la Política. Nada nuevo existe bajo el sol de la política, excepto para los crédulos, los ignorantes o los deliberadamente mentirosos. En ese contexto se incluiría la anunciada moción de censura que no sabemos contra quién se dirige. ¿Es contra el PP por sus corrupciones? ¿Va contra el PSOE, en un momento delicado de su historia? ¿Va contra los propios que la han propuesto?

La política, en cualquiera de las formas que históricamente haya adoptado, se ha regido por unas reglas. Por supuesto, una obviedad, las reglas pueden cambiarse. Aunque en un sistema democrático una moción de censura no se anuncia con una precipitación que se asemeja a ocurrencia y cuando se opta por esa opción se presenta en documento escrito. ¿Dónde? En el Parlamento de la Nación. Antes, tal vez, se haya hablado con otros grupos, para tantear su disposición a apoyar la censura o no. En la reciente trayectoria de España disponemos de dos ejemplos de moción de censura. Una de éxito, otra de fracaso. La de éxito la protagonizó el PSOE en ambiente de descomposición de UCD. Tras ella el PSOE ganó las elecciones en 1982. La de fracaso fue la de Hernández Mancha del PP. En el siguiente congreso Hernández Mancha y su equipo fueron apeados de la dirección del Partido Popular.

Una moción de censura debe disponer de un candidato alternativo. Es lo menos parecido a una improvisación o a una subasta. ¿Alguien quiere ser candidato? ¿Quién ofrece más por el encargo? El candidato debe presentar un programa de gobierno creíble y trabajado. Se necesita algún tiempo para ello y para que sea factible. Una moción de censura debe ser discutida por los representantes elegidos por los ciudadanos en el Parlamento. Aunque, claro, también existe la posibilidad de convocar a los círculos ciudadanos  para crear una nueva Constitución, como se está viendo en algún país Latinoamericano. Y si miramos hacia atrás, hacia  la Historia, descubriremos que sobre un escenario convulso (todo el poder para los soviets), se creó la Unión Soviética, hace ahora cien años.

Además, se ha convocado el día 20 en la Puerta del Sol una manifestación que apoye la anunciada moción de censura el respaldo popular. Probablemente la Puerta del Sol se llenará. No es difícil ni complicado. Casualmente, solo casualmente, la convocatoria se ha formalizado el día antes de la elección del aspirante a la Secretaría General del PSOE. ¿Se parte de la base de que el PSOE está en descomposición y es una ocasión, no para censurar al PP por sus corrupciones, sino para acelerar esa hipotética descomposición? Y si no fuera eso. ¿Al lunes siguiente de ese fin de semana se presentará la anunciada moción por escrito en el Parlamento? ¿Quién será el candidato? Todo señala a que estamos ante otra cosa. ¿Tras dos elecciones fallidas es conveniente volver a una situación de inseguridad y de convocatoria de nuevas elecciones? No parece que estas sean formas de hacer política en representación de los intereses de la gente. Incluso es probable que lo que estamos viendo nada tenga que ver con la política. Y, tal vez, ni lo sea. Se trataría, entonces, de otros asuntos. Seleccionen los lectores cuales.