TRES ALTERNATIVAS DE PUIGDEMONT - Francisco Agarrabeitia Ramírez (25 de octubre de 2017)
El pasado sábado 21 de octubre el gobierno central anunció las medidas que propone al Senado para aplicar el artículo 155 de la Constitución, algunas de ellas parecen muy extremas como cesar a todo el Govern o intervenir los medios públicos de comunicación de la Generalitat, supondría de facto eliminar el autogobierno catalán al cesar a quienes fueron elegidos en las urnas. Esta propuesta del gobierno será debatida y seguramente aprobada (el PP tiene mayoría absoluta, aunque sólo tuvo el 32% de los votos) en la sesión del Senado de este próximo viernes 27 de octubre, una sesión a la que es posible que asista el propio Puigdemont para defender el autogobierno catalán.
La incógnita no está en lo que dirá Puigdemont en el Senado, en caso de que finalmente asista, repetirá lo que dijo el pasado sábado en su comparecencia pública. La incógnita está en saber qué va a hacer, el Govern tiene tres opciones muy dispares entre sí.
1.- Declaración Unilateral de Independencia.
No es descartable, es lo que están pidiendo amplios sectores del independentismo, desde la CUP hasta la ERC, pasando por las plataformas soberanistas Ómnium y la ANC. Por el contrario, esta opción tiene muchos detractores, incluso en las mismas filas del independentismo, no sólo por la realidad económica provocada por la salida de empresas sino porque la mayoría de la sociedad catalana considera que el referéndum o consulta del 1 de octubre no justifica la medida, es rechazada de plazo por el empresariado catalán, y también por los órganos de dirección de la Unión Europea. Podría ser un paso en falso, o un error sin posibilidad de subsanar, pues dividiría totalmente a la sociedad catalana y se ganaría el rechazo internacional de la zona euro.
2.- Adelantar las elecciones.
Desde el gobierno ya se ha avanzado que una convocatoria de elecciones significaría suspender la aplicación del artículo 155, no olvidemos que el objetivo final de la aplicación del 155 es convocar elecciones. Esta medida serviría para aliviar la tensión a la espera de su resultado, garantizando la continuidad del Govern y alejando de la Generalitat el peligro de la intervención. Es la mejor opción para garantizar el autogobierno catalán, al alejar la aplicación del 155. Pero al mismo tiempo, esta media podría ser considerada como un paso atrás, como una forma de ceder a la exigencia del Gobierno Central al ceder a su exigencia o amenaza.
3.- No hacer nada y fiarlo todo al resultado de las movilizaciones.
No hacer nada y esperar a que el gobierno intervenga la Generalitat, el autogobierno catalán, lo cual provocará un fuerte rechazo no sólo de los independentistas sino de más sectores de la sociedad catalana, seguramente de esos mismos sectores que el día 3 de octubre se unieron a los independentistas para rechazar la violencia del 1 de octubre.
Ya lo dijo Joan Tardá en el 2012, “la aplicación del 155 nos vendría de coña, porque en vez de salir a la calle un millón y medio van a salir tres millones”. Puigdemont tiene la posibilidad, convocando elecciones, de salvar el autogobierno, pero al hacerlo se desmoviliza, aunque sea por unos meses, el independentismo. En cambio, si Puigdemont no convoca elecciones la acción del gobierno central le garantiza un aumento de la movilización social para defender el autogobierno, que de cara al exterior puede servirle para trasladar el mensaje de que la inmensa mayoría de la sociedad catalana quiere la independencia y que no está dispuesta a otra salida distinta.
La defensa de la independencia tiene su techo, alrededor de 2 millones de personas, que pueden ser menos ante la realidad económica. En cambio, la defensa del autogobierno puede ser que no tenga techo. No es descartable pensar que ahora es cuando empieza todo. El viernes lo veremos.