EL EXTREMO OESTE TOLEDANO - Manuel Muñoz de Luna Sánchez (19 de junio de 2018)
Justo Corchón García, catedrático-inspector de Enseñanza Media del Estado, en su libro El Campo Arañuelo, publicado en 1963 por el Ministerio de Educación Nacional (Colección "La Nueva Geografía"), hace referencia a los pueblos que pertenecían al Campo Arañuelo, diferenciando a los que eran de Extremadura y los que lo eran de Castilla. Así, de los 31 municipios con 2.528 kilómetros cuadrados, 15 municipios eran de Castilla, con una extensión de 1.288 kilómetros cuadrados, y el resto de Extremadura. Los once mas occidentales (Alcañizo, La Calzada de Oropesa, Caleruela, Herreruela de Oropesa, Lagartera, Oropesa y Corchuela, Puente del Arzobispo, Torralba de Oropesa, Torrico, Valdeverdeja y Las Ventas de San Julián, pertenecieron a la provincia de Avila, hasta la división de la Geografía Política de mediados del siglo XIX que fueron incorporados a la provincia de Toledo. Pertenecieron a la diócesis de Avila hasta el año 1956.
Esta comarca con mayor extensión que Guipúzcoa con 1.885 kilómetros cuadrados y que Vizcaya con 2.221 kilómetros cuadrados, en dos siglos ha pertenecido a tres regiones distintas: Castilla la Vieja, Castilla la Nueva y Castilla-La Mancha. No ganó nunca con los cambios, siempre perteneció a regiones históricas, con el sello de Castilla y colaboraron, en la medida de sus posibilidades, en conseguir que el bien común, llamado España, fuera amado por sus habitantes, pasando de puntillas por el devenir de nuestra historia común. El premio recibido ha sido el de ver sus campos abandonados y sus pueblos en constante decrecimiento, hasta convertirse en una de las zonas mas despobladas de España.
Estos pueblos tienen sus tradiciones y sería bueno que los medios de comunicación fijaran sus objetivos hacia ellos. Tienen vida y deseos de que se les conozca por su lealtad, en detrimento de otros que se les suele prestar inmerecida atención por sus deslealtades, en incontables ocasiones.