Cartas al Director

REFUGIADOS Y ESTADOS FALLIDOS - Grupo Areópago (12 de noviembre de 2018)

12 noviembre, 2018 08:46

Se considera un estado fallido (o estado frágil) aquél en que sus gobernantes no pueden garantizar los mínimos derechos humanos a sus ciudadanos: la seguridad, el suministro de agua y alimentos, la sanidad, la educación, el cumplimiento de la ley… El control del país pasa a ser ejercido por grupos mafiosos, por los señores de la guerra o por facciones militarizadas, repartiéndose el poder y el territorio o enfrentados en una abierta guerra civil. Sudán del Sur, Somalia, Yemen, Siria, República Centroafricana, República Democrática del Congo… La lista, no exenta siempre de polémica, puede ser muy larga (pueden consultar la de 2018 en este enlace: http://fundforpeace.org/fsi/; basta echar un vistazo al mapa para entender las oleadas de subsaharianos que intentan llegar a Europa).

Los ciudadanos de estos países huyen desesperados sin hogar al que volver, al menos durante unos años. Ellos son los refugiados que tratan desesperados de alcanzar las costas europeas o cruzar la frontera estadounidense, no tienen ya nada que perder.

La Organización de Naciones Unidas (O.N.U.) ha promovido la intervención en algunos de estos casos con desigual grado de éxito, pero siempre se ha encontrado con el escollo del veto de algunos de sus miembros, que supedita la acción de la ONU a los intereses geopolíticos de las grandes potencias.

Si se quiere mirar de frente al problema de los refugiados y los movimientos migratorios hay que tomar decisiones claras hacia los estados fallidos: la intervención militar, la vía diplomática, el bloqueo económico… hay varias posibilidades, pero parece que hay miedo a abrir ese debate. De nada sirve contener la fiebre sin luchar contra su causa. La causa del problema de los refugiados es el estado fallido del que vienen huyendo. Mirar para otro lado no resuelve nada, solo nos hace perder oportunidades y un tiempo precioso para atajar el problema y evitar muchos sufrimientos.