POLÍTICO - Manuel Muñoz de Luna Sánchez (17 de julio de 2019)
No existe profesión en la que menos se exija y mayores beneficios aporte, proporcionalmente a los logros conseguidos que la de político, en términos generales, exceptuando, claro está, a aquéllos que sí tienen esos medios que les pueden hacer merecedores de su objetivo.
Consecuencia de esta reflexión, limitándola al tema económico, es el estado caótico de muchas poblaciones que inexplicablemente se encuentran en un estado que se podría denominar como de "bancarrota". No se explica cómo, por ejemplo, dos poblaciones que hace unas décadas, con número de habitantes similares, unos 5.000, en la actualidad una tenga aproximadamente la mitad de sus habitantes y la otra la sexta parte. Que la primera esté situada en lugar privilegiado (Carretera Nacional, Ferrocarril y un término municipal que cuando menos quintuplica a la segunda y que la deuda en el pasado año 2018 sea de 1.600.00 € y de CERO EUROS la que más está sufriendo la despoblación. Ambas se encuentran situadas en una misma zona, distantes entre sí de unos veinte kilómetros.
Cualquier tipo de negocio, y no digamos las grandes empresas, estudian en profundidad el destino de sus fondos o los procedentes de préstamos y créditos que habrán de invertir para que su empresa prospere y procurando, igualmente, que el endeudamiento sea circunstancial y nunca perenne.
En fin, que un político debe considerarse que debería ser una persona con una preparación acorde con la responsabilidad que habrá de tener, nada menos que ser quien ha de velar por la buena marcha de la comunidad que tendrá que representar.