Dos verdades que hay que tener presentes, sobre la negociación entre los republicanos catalanes y el gobierno central: Primero, que no es una negociación entre dos sujetos políticos diferenciados, pues, Cataluña forma parte de España. Segundo, que los extremos no desean esta negociación, pues, ellos pierden protagonismo. Pues los que están muy habituados a evidenciar los defectos del adversario y a disparar desde la trinchera, en este nuevo escenario, se encuentran desubicados.
Como dice el periodista Lluís Basset, el documento firmado por ambas partes, en el fondo tiene claridad. En el fondo!. Pues, las dos posiciones están claras!: Por un lado, se pide, referéndum y amnistía. Por el otro lado, se promete una consulta legal y abordar el tema de los presos.
Aquí, en Cataluña hay una cierta preocupación, pues, los catalanes no independentistas no se sienten del todo representados. Pues, se habla poco o nada de sus reivindicaciones: "Que se enseñe también en Español. Que los mozos no puedan ser una policía política. Que los medios públicos sean públicos, es decir, de todos!".
Aquí, en Cataluña se respira una cierta satisfacción, pues, se espera que se acabe con la deslealtad, y se module más bien la presión. La presión de la calle y la presión de la justicia. Especialmente la presión de la calle.