El Gobierno de García-Page defiende al PP ante el último gran disparate de Irene Montero
Un diez para Blanca Fernández, consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno socialista de Castilla-La Mancha. La política nacional se está poniendo en niveles de fango en España y el clima se hace cada vez más nebuloso y asfixiante, pero actitudes como la de Blanca Fernández este miércoles ennoblecen el servicio público y demuestran que todavía hay esperanza. No todo es irrespirable. No todos los políticos son iguales, ni mucho menos, y es importante que este matiz fundamental cale entre los ciudadanos y se sepa distinguir. No vale el trazo grueso para valorar la degradación que se está perpetrando sobre una actividad tan noble como es, o debería ser, la política. Es decir, el servicio público. España no se lo merece.
Por eso, la firme posición de la portavoz del Ejecutivo de Emiliano García-Page tiene relevancia y es muy destacable. Blanca Fernández salió este miércoles en comparecencia pública en el Palacio de Fuensalida, sede oficial de la Presidencia de la Junta, y en ese acto oficial desacreditó a la ministra de Igualdad, Irene Montero, por decir en el Congreso de los Diputados que el Partido Popular fomenta la violación y la cultura de la violencia contra las mujeres. “Es una barbaridad”, afirmó la consejera de Igualdad en referencia a las palabras de Irene Montero, cuyo nivel de agresividad parlamentaria y ferocidad verbal ha subido espectacularmente después de sus últimos escándalos, especialmente la rebaja de penas por la ley del “solo sí es sí” y el clamor ciudadano que ha llegado a continuación. Ruido y campaña de Montero, que algo queda: cortina de humo, desvío de atención y desvergüenza. Tensar al máximo la situación.
Es particularmente significativo que haya sido Blanca Fernández la consejera encargada de desautorizar a la ministra. No sólo por ser la portavoz del Gobierno de Page y titular de la cartera de Igualdad, sino por su sobresaliente protagonismo en defensa de las mujeres, por sus valores feministas y por ser una tradicional valedora en la izquierda de Castilla-La Mancha de la lucha inequivoca contra la violencia machista. Las palabras de Irene Montero contra el Partido Popular, una vez más, no tienen un pase y así lo ha constatado el Gobierno castellano-manchego a través de una de sus figuras más destacadas. Actitudes como las de la ministra son intolerables.
Según Blanca Fernández, “polarizar tanto la política y tensionarla tanto yo creo que le hace un flaco favor a la ciudadanía, que es a quienes nos debemos”. La consejera ha dicho, además, que “yo creo que es muy injusto decir que el PP fomenta la cultura de la violencia y la violación, creo que es una barbaridad”. A juicio de Blanca Fernández, hay que “reprobar” las palabras de Irene Montero, a quién ha pedido, además, que “recapacite” sobre su posición en torno a la ley del “solo sí es sí”: “No se deberían haber rebajado las penas, si esto no hubiera sido así, no estaríamos en esta situación”, ha concluido la consejera castellano-manchega, que ya en su día advirtió a la ministra sobre las debilidades de la ley.
La impecable actitud de Blanca Fernández, saliendo en defensa de un partido rival como el PP, engrandece su personalidad política y pone un gran punto de esperanza en el horizonte. Podría haberse callado o salir por la tangente, pero no lo ha hecho. Se ha mojado. Enhorabuena. Hay futuro.