El "vacío de poder", en este caso monárquico, que durante varios meses ha soportado la ciudad de Talavera de la Reina (Toledo) ha quedado resuelto sin apenas pesadumbre ciudadana. La ministra de Justicia, María Pilar Llop Cuenca, en nombre de S.M. el Rey, ha mandado expedir, sin perjuicio de tercero de mejor derecho, Real Carta de Sucesión como Duque de Talavera de la Reina, con Grandeza de España, a favor de Juan de Silva y Urquijo, por fallecimiento el pasado año de su padre Álvaro de Silva y Mazorra, según publica el BOE del 25 de febrero. El nuevo Duque es el único descendiente del hasta ahora Duque de Talavera de la Reina sin título nobiliario pues los otros tres hijos del finado -Jacobo, Álvaro y Katia- ostentan respectivamente los de Marques de Zahara, Conde de Pie de Concha y Marquesa de la Roca.
El título de Duque de Talavera de la Reina fue creado en 1914 por gracia de Alfonso XIII a favor de María Luisa de Silva y Fernández de Henestrosa. La merced real fue concedida por motivo de su boda con el infante de España Fernando María de Baviera y Borbón, viudo de la infanta María Teresa de Borbón, hermana de Alfonso XIII. Cuenta la historia que el abuelo del Rey emérito Juan Carlos estuvo tan de acuerdo con el segundo matrimonio de su cuñado, el infante Fernando María, que además de otorgar a su nueva esposa María Luisa el ducado de Talavera de la Reina, la concedió el rango de Alteza Real con carácter vitalicio e Infanta de España a título personal. Toda una consideración de Alfonso XIII en una época donde era más frecuente al enviudar mantener el estado civil sobrevenido y solazarse entre catres ajenos y sabanas de lino que contraer nuevas nupcias.
El linaje lo ostentó María Luisa hasta su fallecimiento en 1955 y posteriormente la dignidad ha ido pasando sucesivamente a sus descendientes Juan de Silva y Goyeneche (1955-1964); Juan Manuel de Silva y Mazorra (1964-1988); y Álvaro de Silva Mazorra (1964-2022). A partir de ahora, será Juan de Silva y Urquijo el titular del Ducado de Talavera de la Reina.