Los sueldos pactados en convenios colectivos al término del pasado mes de julio recogen un incremento medio del 3,34 %, 1,04 puntos por encima del dato adelantado de la inflación a la misma fecha (2,3 %). Sin embargo, son todavía cerca de tres puntos por debajo de la inflación subyacente (que no toma en cuenta la evolución de los precios de la energía o de los alimentos frescos), cuyo dato avanzado la situó en el 6,2 % en julio, según las estadísticas publicadas esta semana por el Ministerio de Trabajo. No obstante, 343.102 empresas han acordado con sus empleados mejoras del 4,97 %, 2,6 puntos por encima de la inflación general. Por sectores, la mayor subida fue para la agricultura, con un 3,63 %; seguido de los servicios, con un 3,42 %; la industria, con un 3,15 %; y la construcción, con un 3,02 %.
De esta forma, empresas y sindicatos trasladan ya a los convenios las recomendaciones del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) pactado el pasado mes de mayo por CEOE, CCOO y UGT. Un pacto que aconseja un incremento del 4 % para 2023, y del 3 % para cada uno de los dos años siguientes, al que se suma una cláusula de revisión salarial con alzas de hasta el 1 % adicional si la inflación superaba esos niveles.
No obstante a que los salarios pactados hasta julio se revalorizaron por convenio un 1,04 puntos por encima del dato adelantado de inflación del mismo mes, los sueldos en Castilla-La Mancha apenas superan esta inflación y los aumentos salariales continúan por debajo de la media nacional. La única comunidad autónoma donde todas sus demarcaciones no alcanzan el 3,34 de subida general media, con Cuenca como la provincia española donde los sueldos suben menos en el conjunto del país, un 1,66 %, muy por debajo del promedio nacional y también inferior al IPC general. Como también se sitúan los del resto de provincias de Castilla-La Mancha donde los aumentos registrados en Guadalajara (2,95 %), Toledo (2,76 %), Ciudad Real (2,85 %) y Albacete (2,83 %) están igualmente por debajo de la media nacional.
Los salarios, en efecto, han comenzado a recuperar poder adquisitivo en este país y a crecer a mayor ritmo que el coste de la vida. Las nóminas consensuadas entre patronales y sindicatos siguen así la senda de recuperar parte del poder adquisitivo perdido a lo largo de la actual crisis de precios, tras un 2022 funesto para la mayoría de los bolsillos cuando la inflación se situó en el 10,8 %. Sin embargo, parece que en Castilla-La Mancha esta capacidad sigue paralizada y sus trabajadores sin alcanzar todavía el nivel salarial que la inmensa mayoría de sus coetáneos ya disfruta.