Confidencial

La ministra que tanto daño hizo a Castilla-La Mancha manda ahora en el PSOE

21 junio, 2017 00:00

El nuevo PSOE de Pedro Sánchez está presidido por Cristina Narbona, la ministra de tiempos de Zapatero que causó graves perjuicios a Castilla-La Mancha al derogar el Plan Hidrológico Nacional a cambio de la construcción de varias desaladoras en la zona del Levante. Por culpa de aquella decisión no se puso en marcha el trasvase del Ebro, el Tajo continuó siendo el único río que cede agua a otros territorios y las desaladoras, en las que se invirtieron cantidades millonarias, resultaron un completo fiasco; además de que apenas funcionan y el agua desalada resulta carísima, la construcción de alguna de ellas fue motivo de escándalo por presunta corrupción.

En su labor al frente del Ministerio de Medio Ambiente, Narbona se propuso como objetivo el cumplimiento por España del Protocolo de Kyoto, suspendió el proyecto del trasvase del agua del río Ebro del Plan Hidrológico Nacional ideado en la legislatura anterior (tras un arduo trabajo en el que Aznar y Bono se pusieron de acuerdo para que finalmente fuera aprobado por el parlamento) apostando por la construcción de desaladoras y el aprovechamiento de los recursos hídricos de cada territorio para solventar la escasez de agua.

Su gestión fue muy criticada en general, por lo que tras las elecciones de 2008 fue relevada como ministra por Elena Espinosa y nombrada embajadora de España ante la OCDE. Su gestión con las desaladoras y las plantas potabilizadoras del agua del mar fue muy controvertida y polémica. Tal vez por ello, la gestión de la nueva ministra se caracterizó por una marcha atrás en la mayor parte de los proyectos llevados a cabo por Narbona y su equipo, si bien las principales organizaciones ecologistas españolas expresaron que había sido la mejor titular de Medio Ambiente que ha tenido España.

Las decisiones adoptadas en materia de política hidráulica fueron tan polémicas como nefastas para los intereses de Castilla-La Mancha. No solo no solucionaron el problema del Trasvase Tajo-Segura sino que más de una década después la situación es infinitamente peor, sobre todo porque ya no caben soluciones como las que planteaba el Plan Hidrológico Nacional.